Cuando se busca empleo o se firma un contrato nuevo, uno de los aspectos que más a tener en cuenta es cuánto será el salario que se percibirá. En la mayoría de contratos laborales, solo se especifica el salario bruto, es decir, el total del dinero que se paga sin tener en cuenta ninguna deducción. Esto puede generar cierta confusión, ya que, no es la cantidad que se percibirá realmente.
Saber cómo se calcula el salario neto es esencial en estas situaciones, ya que permite conocer con exactitud cuánta será la cantidad de dinero que se recibirá mensualmente una vez descontados todos los impuestos. Además, conocer este cálculo puede ayudar a saber si una oferta de empleo es realmente atractiva y saber cuál será el pago en la primera nómina.
El salario bruto es la cantidad total de dinero que un trabajador acuerda recibir por sus servicios antes de aplicar alguna deducción. Este incluye el sueldo base, complementos salariales, pagas extraordinarias, horas extras y cualquier otro ingreso que esté sujeto a retenciones.
Por otro lado, el salario neto, es el importe que realmente va a recibir el trabajador en su cuenta bancaria después de aplicar todas las deducciones obligatorias como pueden ser las cotizaciones a la Seguridad Social y las retenciones del IRPF. Estas deducciones representan el conjunto de impuestos que se ha de aportar al Estado a partir del salario del trabajador.
La fórmula para calcular el sueldo neto es muy sencilla, simplemente habría que restar las deducciones obligatorias al sueldo bruto. Pero, para ello, hay que saber qué porcentaje tiene cada deducción, además, sería conveniente saber qué tipo de deducciones existen. En España, el salario bruto está sujeto a dos deducciones principales: las cotizaciones a la Seguridad Social y la retención del IRPF.
Las cotizaciones a la Seguridad son aquellos aportes obligatorios que se realizan a la Seguridad Social por el trabajo realizado. Estas, a su vez, se dividen en distintos conceptos:
Por lo que, el tanto por cierto que se descuenta mensualmente sería de un 6,35% en caso de tener un contrato indefinido y un 6,40% en caso de trabajar a tiempo parcial.
Por otro lado, también habría que restar el IRPF. Este es otro impuesto obligatorio que se destina a cubrir parte del gasto público. Sería una especie de adelanto de lo que se tiene que contribuir anualmente a Hacienda.
La diferencia con las cotizaciones a la Seguridad Social es que este es un impuesto variable. Va desde el 2% para modalidades muy concretas hasta el 47%. Este impuesto se modifica según distintos factores. El primero es la renta anual, lo que sucede es que este impuesto es progresivo, esto quiere decir que a mayor renta, mayor será el porcentaje de IRPF a pagar. Para saber cuánto sería, se ha fijado un sistema de tramos a nivel estatal:
Hay otros elementos que hace que varíe la cantidad de IRPF que se ha de pagar a Hacienda, y son distintos factores de carácter personal como puede ser el estado civil del empleado, el nivel de carga familiar y la presencia o no discapacidad.
Cuando ya se tienen calculadas y analizadas las deducciones, ya se tendría todo lo necesario para poder calcular el sueldo mensual neto. Lo primero que habría que hacer es extraer el sueldo bruto anual y el número de pagas mensuales. Si hay pagas extras, serían 14 en vez de 12.
Una vez que se tiene esa cantidad, se tendría que descontar el porcentaje de las cotizaciones mensuales que puede ser un 6,35% o 6,4%. Después, se calcula el IRPF, debido a que éste depende de muchos factores, la Agencia Tributaria dispone de una calculadora que dice cuál sería el porcentaje de IRPF que corresponde dependiendo de la situación personal del trabajador.
Por último, una vez que se sabe cuáles son las cantidades a deducir, se ha de restar ambas cantidades al salario bruto mensual para obtener el salario neto mensual.