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Miles de usuarios han sufrido este lunes los efectos de la huelga de transportes de pasajeros. La imagen en las paradas y estaciones de autobuses de todo el país ha sido de largas colas de pasajeros esperando. Unos 80.000 conductores estaban llamados a la huelga en la primera jornada de paros de las seis que hay convocadas. Piden una jubilación anticipada por la peligrosidad en su trabajo.
El primer día de la huelga de transportes de pasajeros ha transcurrido con normalidad y sin incidentes a pesar de que miles de usuarios se han visto afectados por los paros. La situación ha sido especialmente complicada a primera hora de la mañana en los intercambiadores de las grandes ciudades, como el de Moncloa en Madrid. Pese a los servicios mínimos los retrasos se han repetido en todo el país.
Los convocantes, CCOO y UGT, elevan al 100 % el seguimiento de la huelga, convocada para pedir la aplicación de coeficientes reductores en la cotización a la Seguridad Social de los conductores profesionales, que les permita jubilarse antes de la edad ordinaria por el riesgo de la actividad, así como la jubilación parcial voluntaria.
La patronal del transporte de viajeros por carretera, Confebus, ha destacado en una nota que la jornada se desarrolla "casi con total normalidad", aunque afirma que se han roto una treintena de lunas, y habla de un grado de cumplimiento de los servicios mínimos superior al 95 %.
Hasta el momento, señala la patronal, "las empresas están realizando servicios muy por encima de los mínimos" fijados.
Además de Confebus -que representa al transporte de viajeros interurbano- está afectada por esta protesta la Asociación de Transportes Públicos Urbanos y Metropolitanos (ATUC), que explica que se han producido demoras en las salidas de cocheras de algunos autobuses y algunas roturas de lunas, según fuentes consultadas por EFE.
A la protesta están llamados más de 80.000 conductores de autobuses urbanos, interurbanos, escolares y discrecionales, además de los de grúas autopropulsadas. Los servicios mínimos afectan al 75-80 % de los servicios en hora punta, según los representantes sindicales, que aseguran que llegan incluso al 100 % en algunos servicios "que ni siquiera son esenciales".
La protesta está convocada también para los días 11, 28 y 29 de noviembre; 5 y 9 de diciembre; y a partir del 23 de ese mes podría convertirse en indefinida.
En Barcelona, la jornada ha arrancado también sin incidentes destacados, según Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), que informa de que han salido la mitad de los autobuses de un lunes normal y que ha aumentado un 6 % el pasaje en el metro respecto al de la semana pasada.
Según ha explicado a EFE el responsable del sector del transporte por carretera de la UGT catalana, Juan José Pérez, el seguimiento ha sido de en torno al 80% en toda Cataluña, de un 85 % en la provincia de Barcelona y en el área metropolitana de Barcelona de un 90 %.
Su homólogo de CCOO de Catalunya, Luis González Mojal, ha asegurado a EFE que el seguimiento ha sido masivo, del 100 % en las cuatro capitales de provincias catalanas.
En Euskadi, el responsable de carretera y logística de CCOO, Juan Carlos González, ha señalado a EFE que en Bizkaia el seguimiento ha sido masivo, pero ha sido menor en Álava. En Gizpuzkoa los convocantes esperan que sea amplia, según los primeros datos de que disponen.
La convocatoria no ha contado con el apoyo de los sindicatos ELA y LAB -los que mayor presencia tienen en el tejido productivo del País Vasco- por lo que el representante de CCOO entiende que tiene más valor el "rotundo éxito" de la respuesta entre los cerca de 3.000 trabajadores afectados en Bizkaia.
En Andalucía, los aproximadamente 30.000 conductores de autobuses de transporte de viajeros por carretera y de grúas respaldan de forma mayoritaria la huelga, sin incidencias destacables, según los convocantes.
En Aragón, el responsable de acción sindical de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO Aragón, Juan Leyva, ha dicho a EFE que en la estación de autobuses de Zaragoza "las dársenas están vacías".
Los conductores de transporte de pasajeros piden algo de lo que ya disfrutan los de trenes o los pilotos de avión: una jubilación anticipada por la peligrosidad de su profesión. Uno de los asistentes a la manifestación de Barcelona explica el porqué de esta reivindicación, “bajas tus reflejos, tienes muchos dolores, estrés y después de tantos años en la profesión que entre gente nueva y que nosotros podamos tener una jubilación digna”.
“Llevar un autobús con personas, con niños, con mayores por gente con mucha edad es problemático y somos un peligro”, explica otro manifestante. Los sindicatos explican que reclaman “el derecho a envejecer sin dejarse la piel en la carretera”.
Esta es una reivindicación histórica que lleva 13 años en un cajón. Piden que se reconozca la peligrosidad de la profesión y que se anticipe la edad de jubilación sin que se penalización en las pensiones.
Esta es la primera de las 7 jornadas de huelga convocadas. Algunas coinciden con el Black Friday y el previo de Nochebuena, el 23 de diciembre. Los servicios mínimos fijados por el Ministerio son del 50% pero varían después en cada comunidad autónoma.
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