Retrasar la jubilación aumenta el riesgo de morir entre los 60 y los 69 años, según Fedea

Un informe de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) asegura que por cada año que se retrase la jubilación, aumenta en un 38% la probabilidad de fallecer entre los 60 y los 69 años. Se trata de unos resultados llamativos, sobre todo después de los incentivos del Gobierno para conseguir que los trabajadores alarguen su vida laboral.

Fedea sostiene que el riesgo de mortalidad temprana es “mucho menor” entre aquellos trabajadores que tienen acceso a una jubilación parcial. Esto les permite reducir sus horas de trabajo y ganar calidad de vida. Aunque todo depende del tipo de trabajo que se realiza. La fundación advierte que retrasar la jubilación no es la manera de sanear las cuentas de la Seguridad Social.

Retrasar la jubilación aumenta el riesgo de muerte temprana

Fedea se basa en un experimento generado por la reforma española de 1967, en la que se cambió la edad de jubilación anticipada en función del momento en el que se comenzaba a cotizar en la Seguridad Social. El estudio se centra en cómo varían los efectos sobre la mortalidad en función de los puestos de trabajo y de la flexibilidad de la jornada.

“Los resultados muestran que retrasar un año la salida del mercado laboral aumenta significativamente el riesgo de morir entre los 60 y los 69 años. El riesgo se concentra especialmente en los sectores y, especialmente, las ocupaciones físicamente más exigentes y las sujetas a un mayor nivel de estrés emocional y mental. Es mucho menor para los individuos que tienen acceso a mecanismos de jubilación parcial que les permiten reducir sus horas de trabajo a partir de determinada edad", señalan en el estudio.

La Seguridad Social ahorra más de 3.00 euros por jubilado

El estudio calcula que un aumento de 0,46 años en la edad al morir se traduce en una pérdida social valorable de 8.564 euros por individuo. Fedea recalca que, debido a esta reforma que conduce a una mortalidad temprana, la Seguridad Social ahorra 3.228 euros por jubilado en beneficios de pensión y aporta unos ingresos fiscales de 1.925 euros. Y como resultado, obtienen una ganancia fiscal de 5.213 euros gracias a esto, por lo que alargar la vida laboral no aporta ninguna ventaja.

La fundación sostiene que es esencial diseñar los detalles de las políticas de jubilación: "Es importante, en particular, tener en cuenta el grado de exigencia física, emocional y mental de las distintas ocupaciones a la hora de fijar las edades mínimas y legales de jubilación, que no pueden ser iguales para todos".

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