Las empresas pierden una media de 110.200 euros por los fraudes de sus propios trabajadores en España, el tercer país con más ciberataques. Así se muestra en un informe elaborado por la firma española de inteligencia empresarial ‘Marco&Co’. La creación de facturas falsas es el delito más recurrente: se encuentra en el 55% de los casos.
El estudio destaca la efectividad de la información interna y las auditorías en la detección de los fraudes. Pese a la alta incidencia de estos delitos cometidos por los trabajadores, en España solo el 28% de los casos se descubren por denuncias internas. En otros países se señalan casi la mitad: el 46%.
En la mayoría de los casos de estafa -en las compañías españolas- encontramos a un hombre, de 31 a 50 años, con cargos medios como el perfil más predominante. Pese a que los datos revelan que los fraudes son perpetrados por empleados y gerentes medios, los mayores golpes financieros los causan los ejecutivos de alto nivel, con una antigüedad de uno a cinco años en la empresa. Este tipo de delito aparece sobre todo de dos maneras: con facturas falsas que no salen bien y los gastos ficticios sacados de la caja.
Si lo dividimos por género, las mujeres cometen el 32% de los fraudes mientras que los hombres son responsables del 68%. El informe destaca la necesidad de fortalecer las estrategias de prevención y detección de este tipo de delitos que suceden en las empresas. Así, se subraya la necesidad de vigilar a todos los trabajadores para evitar pérdidas financieras tan grandes.