El BBVA ha decidido lanzar una opa hostil sobre el Banco Sabadell después de que este rechazara su oferta amistosa de fusión. La operación ha provocado un terremoto en el sector de la banca. El presidente del BBVA, Carlos Torres, ha defendido que esta operación es “buena para España y para la sociedad”, pero no parece haber convencido a casi nadie. En Noticias Cuatro analizamos la operación y sus efectos.
Según explica Rebeca Gimeno, si uno piensa como banquero puede armarse de argumentos para defender la operación. Ambas entidades son bastante complementarias en sus negocios. Sabadell tiene más peso, por ejemplo, en la financiación a empresas en España y el BBVA tiene presencia global.
Otro argumento a favor serían los costes. La banca cada vez tiene más costes fijos derivados, sobre todo, de la gestión de los datos, digitalización y la Inteligencia Artificial, por no mencionar la amenaza de ataques cibernéticos. Esos gastos repartidos entre dos salen más a cuenta. Además, explica Rebeca Gimeno, habría ahorro en la plantilla, aunque el BBVA insistía en que no sería "traumático", sin poner cifras de despidos.
Por último, la fusión te da una escala para competir en unos mercados internacionales que requieren de mayor dimensión
Una de las críticas que ha recibido la opa del BBVA es que tendrá un impacto en el nivel de concentración del sector. Es decir, si hay menos empresas en un sector suele traducirse en menos competencia, según la gran mayoría de manuales.
El Gobernador del Banco de España opina que se deberían estudiar mejor los efectos de esta concentración bancaria. Si BBVA y Sabadell, tercera y cuarta entidad, se fusionan se convertirían en la segunda en España. El BBVA ha calculado que llegaría cuotas de "moderadas e inferiores a las de Caixabank tras integrar a Bankia". Esta es una operación que pasó el visto bueno de todos, incluido el Gobierno, accionista en Bankia. Por ese motivo el BBVA defiende que hay un buen precedente.
Una vez que el BBVA lanza la opa, rechazada de plano por el Banco Sabadell, arranca el papeleo. Según explica Rebeca Gimeno, el BBVA tendrá que lograr varios permisos. Los más relevantes, los de competencia que podrían poner condiciones. Esto llevaría, al menos, seis meses de trámites.
Después hay que ver si los accionistas del Sabadell la aceptan, por lo menos la mitad de ellos.
El último paso es fusionar las dos entidades, para lo que se necesita el visto bueno del ministerio de Economía, para lo que tendrán que pedir informes técnicos al banco de España y al Tesoro.