El pequeño comercio vive momentos complicados en las principales ciudades. Según informa Patricia Vallés en Noticias Cuatro, en Zaragoza en los últimos dos años 6.000 negocios han echado el cierre. En muchos casos, la falta de relevo generacional y la competencia imbatible de las grandes superficies estarían detrás.
Calzados Mora lleva desde 1925 viendo crecer a varias generaciones, esta pequeña zapatería se ha convertido en un negocio emblemático que deja huella en sus clientes. Sergio Mora, gerente de Calzados Mora, comenta que ha tenido clientas de su edad y mayores que le han dicho que sus padres le compraban zapatos cuando eran pequeñas en la misma tienda.
El año que viene el negocio cumplirá 100 años y les gustaría que el negocio continuase, pero la falta de relevo es un obstáculo. Sergio Mora afirma que ya se ha terminado su vida laboral, pero no hay generación que continúe.
Solo en la última década han cerrado más del 30% de los comercios de Zaragoza capital, el motivo principal siempre suele ser la falta de relevo generacional. Son trabajos en los que se invierten muchas horas y que son muy especializados.
La realización de trabajos tan técnicos, que son difíciles de suplir, están haciendo que estos pequeños comercios echen la persiana. Antonio Tornos, presidente de Ecos, cuenta que los negocios que están cerrando son aquellos que llevaban muchísimos años y que tenían una profesión muy especializada.
El bar Erzo es otro comercio con solera, cuyos orígenes se remontan a los años 50 del siglo XX. Ernesto Zorrilla, gerente del bar Erzo, explica que en 1956 su padre abrió el bar Erzo Pequeño en la calle Amar y Borbón y estuvieron allí hasta que en 1977 cambiaron de local. Marisa Pérez trabaja también en el bar Erzo y cuenta: “Muchos clientes venían con sus padres de niños y ahora vienen ellos con sus hijos".
Un cliente dice que el bar Erzo es de toda la vida y el Día del Pilar no se puede casi entrar. La tienda de minerales Tarsis también se ha convertido en un referente. Empezaron desde cero y ahora buscan a alguien que continúe su legado. Rosa Luengo, gerente de la tienda Tarsis, afirma que tuvieron que pedir un préstamo al banco, no tenían ninguna cartera de cliente y se embarcaron en ello.
La UPTA (Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos) afirmó en octubre del año pasado que, aunque la afiliación de trabajadores autónomos hubiera subido en casi 6.000 personas, el comercio minorista continúa en descenso. El presidente de la UPTA, Eduardo Abad, declaró que el pasado verano desaparecieron unos 45 pequeños comercios cada día. Añadió que no podemos permitir que la distribución de los bienes de consumo diario sea solo una labor de las grandes empresas.