A las puertas de la Semana Santa, muchas empresas de hostelería aseguran que tienen graves problemas para conformas sus plantillas. Según informa en el vídeo Maialen Larrinaga, las dificultades se dan especialmente en las zonas turísticas, tanto de interior como de costa. Según Adecco, la mayoría de los trabajadores, sobre todo los jóvenes, priorizan su tiempo por encima de su salario.
La falta de mano de obra en la hostelería es una constante, pero se agudiza en momentos de periodos vacacionales, cuando tienen que producirse las incorporaciones de cara a la próxima temporada turística. Cada vez más bares y restaurantes cierran el fin de semana o adaptan sus horarios para lograr una conciliación.
La patronal calcula que entre marzo y abril se tendrían que realizar 200.000 nuevas contrataciones, que no siempre se consiguen. Más de la mitad de las empresas del sector dicen que sufren estos problemas de disponibilidad de trabajadores y que cada vez se condiciona a peor su actividad.
Según los últimos datos del INE, las vacantes en la hostelería crecieron un 25% a finales del año pasado, no solo en este sector, también en la construcción y en las profesiones científicas, técnicas y financieras. A pesar de las subidas, si se compara el número de vacantes en relación con el número total de puestos ocupados, lo que se refleja es que la falta de mano de obra en España es de las más bajas de la Unión Europea.
El propio sector de la hostelería ofrece una serie de motivos por los que cuesta encontrar trabajadores, aunque el paro sea elevado: cada vez son menos los jóvenes que quieren empezar su carrera laboral en la hostelería y que tampoco quieren compaginarlo mientras están estudiando. Cada vez se buscan perfiles más especializados, por lo que son más difíciles de encontrar. Además, los salarios son los que menos han subido en los últimos años y que los horarios son muy complicados.
El día a día en la hostelería puede ser asfixiante. Mikel Larrea, propietario del Bar Biok Deusto comenta que coge los pedidos, hace de cocinero, de camarero y que no para ni para comer. Muchas veces el conciliar se vuelve una tarea muy complicada, por lo que Mikel cierra el bar desde las 17:00 de los viernes y no abre en fin de semana.
Mikel dice que normalmente trabaja 12 o 13 horas, para que luego por las tardes pueda disfrutar de su hijo pequeño y los fines de semana también, lo que ve como una manera de buscar ese punto de facturación y de calidad de vida. Añade que a él le gustaría tenerlo abierto todo el rato, pero que es complicado contratar a alguien.
Javier Lavid y su mujer regentan el Café Aratnza desde hace 13 años. Javier cuenta que muchas veces trabajan de lunes a sábado, pero que los domingos y festivos son para pasarlos con la familia. También comenta que saben que en Semana Santa o los domingos va a haber mucha gente, pero que hay que valorar también que tienen que pasar tiempo con su hijo.