Emilia Landaluce y Rosa Belmonte: “Quien no paga por la información no merece saber la verdad”

‘Donde caiga la flecha’ (Espasa) es la última novela de las columnistas Emilia Landaluce y Rosa Belmonte, con la caza y el periodismo como protagonistas. El libro ofrece una nueva entrega de las peripecias de Socorro, la periodista de sucesos protagonista de 'La mala víctima', la primera incursión en la narrativa de las autoras.

La intriga tiene su epicentro en la finca manchega de sus protectoras, las millonarias e influyentes hermanas Lequerica, dueñas del periódico donde trabaja Socorro.

La joven tiene que volver a ese lugar para completar un reportaje sobre crímenes sin resolver: en los años noventa, muy cerca de la finca, fueron secuestradas y después asesinadas dos niñas, lo que provocó una marea de morbo alimentada por los medios de la época. Solo fue condenado por ese crimen un hombre, el tonto del pueblo, que se suicidó nada más salir de la cárcel. En el aire quedó la sospecha de que los verdaderos culpables consiguieron escapar.

“Socorro es una periodista íntegra, que piensa en los demás a la hora de escribir”, aseguran las. “Si escribe sobre el asesinato de una niña siempre piensa en que la madre podría estar leyendo el periódico”, explican.

Mientras Socorro avanza con sus pesquisas, las Lequerica organizan varias cacerías en las que se dan cita algunos de los más poderosos hombres de negocios del país. Durante toda la temporada, van sucediéndose hechos que arrojarán luz sobre aquel crimen del pasado y muchas sombras sobre el presente del periódico. De nuevo, el código ético de Socorro, las deudas pendientes con su pasado y su afán por descubrir la verdad entrarán en conflicto.

Emilia Landaluce es columnista y periodista de la sección de Nacional de El Mundo y actualmente dirige el suplemento LOC. Rosa Belmonte escribe columnas en ABC y en los regionales de Vocento. Ambas se confiesan lectoras de periódicos maquetados, frente a la “tiranía” del scroll infinito de los medios digitales.

Critican además la intromisión de la inteligencia artificial en las redacciones y el deterioro de la profesión periodística. “El lujo que ya no tenemos los periodistas es poder dedicar tiempo a las historias”, denuncian. Y como en su libro, terminan lanzando una flecha, dirigida en este caso a los lectores: “Quien no paga por la información no merece saber la verdad”.