Enrique Bunbury, cantante: “El algoritmo nos lleva a escuchar música peor de la que nos merecemos”

En ‘La carta’ (Liburuak), Enrique Bunbury se sincera como nunca había hecho. Un diálogo personal e íntimo en el que va respondiendo, “sin más límite establecido que vuestro interés y curiosidad”, las preguntas que sus seguidores le iban haciendo llegar por correo electrónico.  

Este diálogo surgió tras un momento crucial en su trayectoria personal y artística, justo tras descubrir la causa de la afección de la voz que le había obligado a suspender conciertos y plantearse la retirada de los escenarios, un producto químico presente en el humo empleado en escena, y que le producía una fuerte reacción alérgica, lo que le permitió retomar su carrera y preparar su vuelta a los directos.  

Paralelamente, entre el 26 de febrero y el 3 de diciembre de 2023, apenas dos días antes de las primeras citas de sus Shows únicos, que le llevaron en una primera fase por varios países de Latinoamérica, y en una segunda se extenderán próximamente por Estados Unidos y España, Enrique Bunbury firmó un total de cuarenta cartas, que sus fans recibían a través de una newsletter.  

Enrique Bunbury afirma que no se puede tener en cuenta al público a la hora de crear

Noticias Cuatro ha charlado con Bunbury con motivo de la publicación de este libro. “Perder la capacidad de sorpresa es una lástima”, nos cuenta. La curiosidad, dice, requiere un esfuerzo: “Ahora dejemos que nos aconseje el algoritmo, que nos lleva a la perdición, a escuchar música peor de la que nos merecemos”.  

Enrique Bunbury confiesa que cada vez juzga menos las creaciones artísticas de cada uno. Explica que no se puede tener en cuenta al público en el acto de crear. “En ese momento solo te tienes que escuchar a ti mismo”, afirma.   

El cantante admite que tiene un carácter reservado: “Me junto con mis amigos, pero no soy una persona extremadamente social”.  

En 'La carta' Enrique Bunbury no esquivan ninguna cuestión

En ‘La carta’ no esquiva ninguna cuestión sobre su carrera con Héroes del Silencio y en solitario, las decisiones artísticas para huir siempre de lo previsible y seguro, las tensiones entre el artista que necesita de la intimidad para poder crear y el personaje público del que todos parecen tener una opinión, las dificultades que tuvo que enfrentar durante la pandemia para mantener la tensión creativa, su relación apasionada con Zaragoza o América, o su decisión de radicarse en Los Ángeles, entre otras muchas.  “Ciertos problemas de España también ocurren en Estados Unidos, como que los ciudadanos nos enfrentemos”, explica.  

En suma, una oportunidad única para asomarse al retrato en primera persona de un personaje inquieto, amante de su intimidad a la vez que vive con pasión los escenarios, y que se muestra en su complejidad ante quienes son los últimos destinatarios de su creación: personas de todas las edades y orígenes, de toda condición, diferentes entre ellos pero a los que une uno de los vínculos más poderosos que existen, el santo y seña de una verdadera comunidad, la de quienes reciben cada uno de sus nuevos discos con la alegría y la expectativa de asomarse a algo único e irrepetible. Un documento excepcional, que va mucho más allá del mero fenómeno fan. Una verdadera reflexión sobre lo que representa, en esta época de profundas transformaciones, ser un artista global