La semana pasada, el científico Alfredo Corell explicaba en ‘Horizonte’ el funcionamiento de la vacuna de Astrazeneca, basada en el adenovirus (el virus de los catarros) y lamentaba que se le estuviera haciendo tan “mala propaganda” a la vacuna cofabricada por la Universidad de Oxford.
Sin embargo, poco después, comenzaron a aparecer varios casos de trombosis aguda en pacientes que se habían inoculado la vacuna británica y, por ello, muchos países de Europa, incluida España, han decidido suspender su distribución hasta que, mañana, la Agencia Europea del Medicamento se pronuncie al respecto.
El futuro de esta vacuna se ha empañado todavía más ahora que Andalucía está investigando la muerte de una profesora de Marbella que se puso la vacuna de Astrazeneca y que ha sufrido una hemorragia cerebral masiva. Todavía no se ha demostrado que esta muerte esté directamente ligada con los efectos secundarios de la dosis que recibió.
Para tranquilizar a la población, el doctor Gaona ha dado los datos de los casos de trombosis que puede haber en un año cualquiera en España, con o sin la vacuna de Astrazeneca de por medio. Este médico ha dicho que hay una media de 126,5 casos de trombosis por cada 100.000 habitantes cada año en nuestro país, por lo que estos datos todavía están muy por debajo de la media normal.