Alejandra Andrade y el equipo de ‘Fuera de cobertura’ viaja a Los Ángeles y San Francisco para conocer a fondo la crisis del fentanilo que está azotando con dureza Estados Unidos. En San Francisco, los homicidios han aumentado casi un 13% y los robos un 14% en 2023.
Andrade se reúne con la reportera Megan Cassidy y la fotoperiodista Gabrielle Lurie del San Francisco Chronicle en la ciudad homónima, al norte de California. Ambas llevan años cubriendo la crisis del fentanilo en el país norteamericano.
“El fentanilo llegó aquí a finales de 2018, principios de 2019, y la combinación entre la droga y la pandemia del COVID-19 resulto explosiva. Nunca hemos visto nada más letal. Hemos tenido muchas más muertes por la crisis del fentanilo que por el COVID. Esta es la verdadera epidemia, es el mayor problema de esta ciudad”, narran las periodistas en la visita de Andrade a las oficinas desde las que trabajan en San Francisco.
Desde ‘Fuera de cobertura’ preguntamos cómo está viviendo la situación la gente de a pie. “Lo están pasando fatal. Muchos negocios han tenido que cerrar, y lo mismo pasa con los restaurantes. Muchos se encuentran con adictos en la puerta de su negocio. Y cuando los niños van al colegio, pasan entre basura y gente tirada en la calle, así que la situación es cada vez más extrema. La comunidad esta sufriendo mucho y es incapaz de recuperarse”, narran sobre la cruda realidad de San Francisco.
También son muchas las familias que lo están sufriendo directamente, con parientes adictos al fentanilo: “Una madre de un adicto me dijo que pensaba en contratar a un matón para que le pegara un tiro en las piernas. Quería que pasara el tiempo suficiente en el hospital para desengancharse. Esa es la desesperación a la que llegan los padres aquí”, cuentan.
Sobre la fabricación de esta droga y tras años de investigación que las han llevado a la nominación de varios premios Pulitzer, Megan y Gabrielle explican que son varios los países que están involucrados: “Tenemos entendido que los ingredientes vienen de China y que llegan a México. Y de México cruzan la frontera de Estados Unidos. En el caso de California, lo normal es que la crucen por Arizona. Todo está conectado con los cárteles mexicanos, son los que manejan todo. Y como lo fabrican, también controlan el mercado. Lo cierto es que es una cadena muy eficaz porque también controlan las fronteras. Y esto es importante porque hay una cantidad de inmigrantes centroamericanos que quieren entrar en Estados Unidos. Los carteles les ayudan a cruzar la frontera y, si no tienen dinero, les dan droga para que la pasen”.