Hace años Vicente tuvo la suerte de que Aramis Fuster bendijera su cita en ‘First Dates’ y aunque no encontró el amor, sí una amistad para toda la vida. En el tema amoroso ha tenido claros y oscuros, y ha regresado al restaurante del amor porque asegura que “confío más en ustedes que en todas las aplicaciones de ligoteo”. Sin embargo, su cita más que una cita romántica ha parecido un ring de boxeo. ¡Qué intensidad”
A Vicente no le ha gustado nada Manuel (Orochi) cuando le ha visto entrar en ‘First Dates’ y su actitud ha cambiado de golpe. Orochi ha sentido que su cita estaba muy arriba y aparentando algo que no era, pero se ha dejado llevar. Cuando ha visto a Orochi en su faceta de drag queen, ha parecido cambiar de opinión, pero ha sido un espejismo y ha comenzado el principio del fin.
Vicente está convencido de que ser drag es una simple ética artística y que las personas que los son se están encasillando tras un disfraz. Él siempre ha sentido un tercer género y no tiene ningún problema en pintarse el rabillo del ojo o ponerse una peluca. Un concepto muy concreto que ha dinamitado por completo su cita con Orochi. Él sí es drag de profesión y se ha sentido humillado y pisoteado ante los argumentos de su cita, ser drag es mucho más que una etiqueta, tiene un sentido político, social, cultural “no es fácil, es el escalón más bajo, te pagan 30€ por actuación”.
Con mucha educación ha intentado explicarle su día a día y su concepto de vida a Vicente, pero él no le ha querido escuchar “No sabe mantener una conversación y eso dice mucho de una persona”. Él se ha metido en su mundo “A puntilloso no me gana nadie” y ha llegado a invitar a Orochi a que se fuera de la cena si lo veía conveniente “Si estás incomodo te puedes ir”.
La cita no podía ir a peor, así que Orochi ha puesto todo de su parte para que fuera a mejor. En un intento de entender por qué Vicente se estaba comportando así, ha intentado ponerse en su piel y ver qué las decepciones amorosas le habían llevado a ser cómo era e intentar ser algo que no era. Vicente se ha relajado y ha vuelto a reinar la cordialidad. De hecho, hemos llegado a pensar que podían repetir cita.