Una primera impresión puede condicionar una cita y en el caso de Raquel y José Manuel, lo ha hecho. Ella ha sentido que él llevaba la camisa demasiado apretada para sus gustos y se ha pasado la cita buscando detalles que la llevaran a justificar su rechazo. Incluso, ha llegado a reírse en cierto modo del hombre con el que estaba compartiendo cena.
Al saber que era de Granada, José Manuel le ha dicho que a él le gustaba mucho la ciudad y que antes iba a mucho por allí, sobre todo de taperías. “¿Taperías?”, ha afirmado Raquel sorprendida y casi indignada. Para ella esa era una palabra muy fina y en Granada no hay taperías, hay bares a los que se va de tapas.
En modo de confesión graciosa, José Manuel le ha contado a Raquel que le llaman ‘El Flequi’ y no solo por el actual tupé que luce sino porque de adolescente llevaba el pelo largo con flequillo. Raquel ha flipado, no daba crédito a que ese corte de pelo fuera real y no ha sabido muy bien cómo reaccionar.
Ella le ha confesado que tiene fobia a los pies, no soporta ni tocárselos ni que se os toquen y solo hablar de ellos le pone los pelos de punto. Y de repente, le ha contado una curiosa historia sobe una monja con la que había compartido tren, que no paraba de rezar y que había conseguido que una de sus infinitas uñas se rompiera. Evidentemente, ninguno de los dos ha querido tener con el otro una segunda cita.