La cita de Jonatha y Nuria ha terminado en calabazas y no porque él fuera Capricornio, un detalle que podría haber acabado con la cita porque ella tiene un problema con los nacidos en el mes de enero, sino porque ha sido todo tan perfecto que a ella le ha hecho sospechar.
Nuria tiene un carácter muy especial, es intensa y frontal, pero a la vez es muy simpática y se lo ha demostrado a Carlos Sobera. Le ha gustado mucho que Jonathan no juegue a la consola y su cita ha comenzado con mucha ilusión por parte de ambos. Sin embargo, según iban buscando puntos de conexión su conversación les iba separando poquito a poquito.
Jonathan va cuatro días a la semana al gimnasio y ella le ha dejado claro que ni lo pisa “me aburre soberanamente”, una afirmación que a él le ha mostrado mucha desgana por parte de ella. A Nuria no le ha importado demasiado que su cita fuera muy fan del gym “mientras que no me salga con dietas y cosas así”.
Saber que Jonathan no era “una persona imaginatoria” y que no sentía celos así porque así, a Nuria le ha despertado las sospechas porque ella es muy desconfiada y no cree que alguien pueda ser tan perfecto. Sin embargo, ha continuado poniendo a prueba a su cita.
Nuria ha querido saber que signo zodiacal era Jonathan y ha respirado tranquila al saber que era Libra “Tengo un problema con los Capricornios, son personas faltas, introvertidas, que no se abre, que no hay por dónde juzgarlos…”. A Jonathan no le ha gustado nada que Nuria juzgara a las personas por su signo del horóscopo y no ha dudado en decírselo.
Cuando ha llegado el momento de la decisión final, ambos han tenido claro que no iban a volver a tener una segunda cita. Jonathan ha explicado que le gustaban las chicas con más vida que Nuria y ella por su parte, ha desconfiando de que la cita hubiera ido tan bien “No tendría una segunda cita porque lo he notado todo demasiado bonito, demasiado perfecto y las cosas no son así… No me acabo de fiar”.