Una vez más, las apariencias engañan y lo que para Fran estaba siendo una cita perfecta, para José Luis era una cita de dos personas que se habían caído muy bien y punto. El silencio se ha apoderado de la terraza de ‘First Dates’ cuando José Luis ha notado que más que un masaje lo que Fran le estaba haciendo en el cuello eran caricias.
Su cita estaba resultado todo un éxito, se estaba riendo e incluso, se han atrevido con los juegos del amor de ‘First Dates’. No se han dado ni un beso picante ni un morreo, pero un par de piquitos no hacen daño a nadie y sí se los han dado. La cosa iba tan bien que Fran no podía creer que el hombre “súper guapo, es un modelo” que acababa de conocer hacía una hora fuera a ser para él.
Tras una partida a los dardos, a Fran le ha tocado dar un masaje a José Luis y la cita se ha torcido. Lo que ha comenzado siendo un masaje descontracturante, se ha convertido en un masaje lleno de caricias que ha José Luis le ha hecho darse cuenta de que Fran iba a ser su amigo y nada más “Me he sentido un poquito incómodo cuando he notado que ese tacto, ese masaje era diferente”.
Fran es una gran persona, pero no es el tipo de chico que José Luis está buscando y tras un silencio incómodo en el final de su cita, se ha encontrado con unas calabazas que por uno momento había pensado que no iban a suceder.
Además de encontrar a la persona perfecta para que le reformara el baño de su casa, José Luis parecía haber encontrado al hombre sencillo que estaba buscando. Fran había tenido una vida sentimental parecida a la suya y también había estado muchos años casado con una mujer antes de descubrir claramente su sensualidad.
José Luis ha valorado mucho que Fran fuera capaz de dar el paso de ser libre teniendo dos hijos y no podía creer que la gente le rechazara por ser padre. Pero hay gente para todo y Fran le ha contado como un chico con el que parecía estar comenzado algo le dejó plantado al saberlo “En Ciudad Real quedé con un chaval, súper mono, escribiéndome todos los días… Tomando algo le solté algo de mi hija y le cambió la cara. Pensé que la había cagado, pero tarde o temprano se tenía que enterar. Me dijo que se iba al baño y yo me quedé ahí, esperando… Se había pirado”.