Mar tiene clarísimo que ella vale muchísimo y siente una verdadera preocupación por no encontrar a un hombre con el que poder compartir su vida. Más allá del amor, siente que la juventud que nos rodea tiene un grave problema y siente preocupación por tener que pedir cosas tan básicas como que una persona sea honesta o se sepa expresar.
Pedagoga y profesora de zumba, Mar tiene clarísimo que vale un potosí y que no quiere a cualquier ‘onvre’ a su lado. Cuando Carlos Sobera le ha preguntado por sus expectativas en el amor, ella le ha mostrado su más sincera preocupación por el mercado del amor y le ha contado que busca a una persona empática, con inteligencia emocional “soy una persona con alta sensibilidad”, honesta, que sepa expresarse… Es muy básico, que yo tenga que pedir esto, la cosa está fatal, estoy muy preocupada, es frustración”.
Mar no entiende qué les está pasando a los hombres “Solo piensan en ellos, no piensan en lo que sentimos nosotras… No puedo más” y ha explicado que a veces lo ha intentado con chicos mayores, pero “ni con los de 30” y asegura tener material suficiente para demostrar sus teoría y escribir un libro.
Está desesperada que se plantea probar otras alternativas “Al final me voy a ir con una mujer, no lo he probado, pero creo que me iría mejor, no lo descarto”. Menos mal, que Carlos Sobera y Matías han arrojado un rayito de luz en su “frustración” y le han presentado a Pol, un joven que le ha roto todos sus esquemas.