Pedro, un pensionista barcelonés de 54 años, es el siguiente soltero que acude al restaurante para encontrar a su media naranja. Además, ha llegado a 'First Dates' con un precioso ramo de flores para impresionar a su cita. También es muy devoto y afirma que el amor se da porque "Dios nos amó primero".
De hecho, es tan devoto que decidió dejar a su anterior pareja por "predicar la palabra de Dios". "¡Todo es mejor con Cristo!", desvela a las cámaras del programa. El pensionista busca a una mujer morena, sincera, humilde y que tenga "una gran fé en Dios".
Susan, una escritora de 52 años, será la cita de Pedro. Viene de tener una relación muy tóxica, pero agradece que la haya tenido porque ha podido escribir "un libro" sobre sus vivencias con esa persona.
Nada más conocerse, Pedro parece haberle llamado la atención el físico de Susan. "Aparte de bonita y elegante, lo primero que he pensado es que es una mujer guerrera y fuerte", desvela el soltero a las cámaras del programa. Por parte de la escritora, también ve como punto a favor que vivan los dos en Sabadell, porque así no tienen problemas para volver a verse.
En cuanto se sientan para cenar, Pedro no se anda con rodeos y empieza a hablar de su gran devoción por Cristo. "Soy evangelista", le cuenta muy directa a su cita. Susan también le cuenta que es creyente, y esto le ha causado una gran emoción al pensionista. "El hecho de que crea en Dios y Jesucristo, para mí, es lo más importante de la relación entre un hombre y una mujer", revela a las cámaras de 'First Dates'.
Pedro también aprovecha en la cena para intentar cortejar a Susan regalándole las flores que había traído pero con una condición: debe escuchar el poema que creó para ella. "He pensado en regalarte muchas cosas a ti, mujer. Al fin te entrego esta rosa porque en el bolsillo, más dinero no encontré".
Como era de esperar, a Susan no le ha gustado el poema. "Ahórratelo, cariño", cuenta la soltera. Además, en cuanto la escritora le comenta que ha publicado su primer libro, Pedro la corta con un piropo, algo que no le ha agradado para nada.
Conforme va avanzando la cena, esas ilusiones que se había hecho Susan por conocer a una persona de su misma zona pronto se disipan en cuanto se da cuenta de su gran devoción por Cristo, los cortes que le hace y señalarla cuando está hablando. "No hay cosa que me de más coraje que una persona me esté hablando y me esté haciendo así (apunta con el dedo). Es como darme una orden y yo tengo que obedecerla", explica a las cámaras.
Además, parecen entrar en una pequeña discusión en cuanto Susan le cuenta a su cita que cada persona tiene que vivir como le plazca y Pedro no lo soporta. Está claro que la llama del amor no les ha aparecido en ningún momento. Solamente han estado de acuerdo en su gusto por el flamenco y la rumba.
En cuanto a si quieren mantener una segunda cita, Pedro le gustaría volverse a ver. Sin embargo, Susan no se vería con el soltero manteniendo una relación en pareja. Por lo tanto, tanto uno como otro tomarán caminos diferentes en el amor.