Pascual le desvela a su cita el secreto para mantenerse así de joven a su edad: "Me baño en el mar, no me ducho y me pongo crema hidratante"

Pascual, de 72 años, viene de Alicante con un objetivo: encontrar su media naranja en 'First Dates'. Este empresario jubilado tiene claro lo que quiere: "A los hombres de nuestra edad nos pone una mujer con curvas, buenas tetas y buen culo. Y se acabó". Es romántico y busca alguien inteligente, que se parezca un poco a él: "Que pueda expresar con los años todo lo que ella es".

Por otro lado está Lola, de 67 años, una auténtica abanderada del sentido del humor: "Es una característica de las personas inteligentes. Te ayuda a enfrentarte y superar los desafíos y pruebas que la vida te presenta". Pascual se encandilaba por completo al ver a Lola: "¡Qué placer!". De hecho, iba a saco al saber de dónde es su cita: "Nos vemos en Barcelona". Tras estas palabras, brindaban y se iban directos a la mesa.

Lola le contaba a su cita un resumen de todas las profesiones que ha tenido: se fue a Londres cuando era joven y después trabajó como administrativa y secretaria bilingüe durante 20 años. Por último, se graduó de enfermera y comenzó a trabajar de esto último a los 60 años. Todo esto le fascinaba a Pascual: "Me encanta, porque es muy culta y muy inteligente".

Es entonces cuando Pascual le desvelaba a Lola su secreto para conservarse así con 72 años: "Agua del mar. Me baño, no me ducho y me pongo mi crema hidratante". Rápidamente Lola le preguntaba si el agua de sal no le molestaba, a lo que Pascual respondía que "no": "Al revés. Absorbe. Es un truco de belleza". De hecho, Pascual necesita un baño diario, algo que según él es muy recomendable. Un Pascual que bromeaba: "Cuando entro al mar la tengo fantástica. Cuando entro al agua fría no la encuentro. Y después, me la encuentro cuando meo".

Pues bien, la cita llegaba a su fin en la sala del amor de 'First Dates', en donde Lola volvía a reiterar lo importante que es para ella el humor. Algo que también pensaba Pascual. Aunque el humor que tienen es diferente. Un baile que ponía el broche final a la cita. Un broche final que no determinaba nada, puesto que Lola decía "sí" a una segunda cita pero como amigos.