Cristina ante todo es abuela y es la más feliz del mundo, pero también es mujer, alegre, divertida y una amante de pasárselo bien. Ha saludado a Matías con mucha efusividad y le ha contado a Carlos Sobera que busca a una persona con la que compartir los buenos momentos. En este momento de su vida tiene “sexo salvaje”, pero de forma esporádica y sin ningún tipo de sentimiento “es solo eso”. Le da igual que su cita en ‘First Dates’ sea guapo o feo, busca a un hombre de los pies a la cabeza, “un follador” e “imprescindible que fume”.
El presentador se ha quedado sorprendido al saber que a Cristina le gustaba mucho disfrutar de la soledad y que le gustaría que a su cita le gustara el gimnasio, los niños y que esa motero porque ella lo es mucho.
A Enrique, su cita, le cuesta mucho conquistar a una mujer. Le gusta ir poco a poco y a veces, va demasiado despacio. Al verle, Cristina ha exclamado un “Ay, Dios”, ella esperaba a “un machote” y no ha visto lo que esperaba. Los dos son de Zaragoza, pero él tampoco ha visto en Cristina al tipo de chica que le suele gustar. Él lleva años soltero, pero sigue compartiendo casa con una de sus ex.
Cristina ha comenzado la cita preguntándole a Enrique qué hacía en sus ratos libres y él le ha contado que poca cosa porque se estaba preparando una oposición para consolidar su puesto de celador. Ella ha alucinado porque le ha dicho que llevaba 4 o 5 años estudiando y todavía no se había presentado “este señor es de pueblo, es cerrado de mollera, mis paisanos me van a entender”.
La soltera le ha contado que llevaba muchos años viuda, que había estado con un hombre ocho años, pero que el hombre que más le había tocado el corazón era un hombre casado de Madrid que no ha podido olvidar “era la otra”. Enrique le ha dicho que él era soltero y que no había tenido hijos, “no he tenido tiempo, yo soy de pueblo”. Cristina ha sentido que su cita estaba solo porque era “muy aburrido”.
Hablando de sexo y pasión, Cristina ha vuelto a tener la sensación de que Enrique no era para ella “no tiene ni medio polvo, el pobre”. La soltera no ha querido seguir tratando el tema porque tampoco iban a tener nada en común y es que, como Enrique ha dicho en el momento de la decisión final “no hemos pegado ni con cola”. Solo tienen en común que son mañicos.