Las primeras impresiones son importantes y, si bien la opinión que nos hacemos o que se hacen de nosotros en un primer momento puede cambiar, conseguir que esta sea positiva desde el principio es esencial para que una primera cita de paso a una segunda.
Este primer encuentro es decisivo para saber se podrá establecer un vínculo sentimental con la persona que tenemos delante o es mejor que cada uno se vaya por su lado, por eso hay algunos errores que es mejor evitar y para eso hay que conocerlos.
Las primeras citas no son fáciles y aunque tendemos a pensar que lo más complicado ya está hecho, que es conseguirla, lo cierto es que no siempre es sencillo dejar los nervios a un lado y mostrar nuestra mejor versión, la que somos habitualmente con la gente con la que nos sentimos a gusto.
Tener unas pautas que puedan convertirse en nuestra guía siempre será una ayuda, sobre todo en el caso de esas cosas que solemos hacer mal y que es mejor evitar, por lo menos si esperamos que la cita sea un éxito. Estos son los 9 errores más comunes y que es mejor no cometer:
Llegar tarde. Algunos de los errores que podemos señalar en una primera cita los podemos extrapolar a la vida en general porque llegar tarde no es una buena idea casi nunca, pero lo es menos cuando queremos causar una buena impresión. Arréglate y ve con tiempo, así evitarás tener que correr para llegar, lo que podría hacerte sudar y ponerte más nervioso.
Hablar siempre sobre ti. En una primera cita nos estamos dando a conocer, pero también se está conociendo a la otra persona, es importante que la conversación fluya y podamos conocernos ambos. Es importante conocerse, pero es cosa de dos, no ganas nada si solo hablas tú.
Preguntar demasiado. Este puede ser un tema complicado porque la clave está en no preguntar en exceso, pero tampoco demasiado poco. Mostrar interés en lo que nos cuentan en importante y hacer algunas preguntas relacionadas puede ser la mejor manera, pero no hay que pasarse y que parezca una entrevista de trabajo en la que la otra persona se sienta interrogada.
Mirar el móvil. Se ha convertido en casi una necesidad, un tic nervioso y apenas podemos pasar un rato sin mirar el teléfono, sin embargo, cuando se está en una primera cita no conviene hacerlo. Es un rato de tu vida, unas horas, ¿de verdad es imprescindible mirar si ha actualizado Instagram? Si estamos pendientes del móvil, damos una sensación de desinterés por la otra persona, a la que se está intentando conocer.
Hablar mal de tus exparejas. En general, hablar de relaciones pasadas no está demasiado bien visto en una primera cita (ya habrá tiempo), pero si además todo lo que se dice es hablando mal de las exparejas, será peor todavía, porque parece que todavía no se ha sido capaz de pasar página y se continúa pensando en esa persona. Además, muestra cierto nivel de rencor.
Quejarte en exceso. Todos tenemos momentos buenos y momentos malos, pero si en una primera cita todo lo que muestras es negatividad y críticas, estarás dando la impresión de que eso es lo único que tienes que ofrecer.
Usar términos cariñosos antes de tiempo. Se trata de una primera cita, una toma de contacto con la otra persona, por lo que no es buena idea tratarle como a tu pareja. Emplear términos cariñosos demasiado pronto puede hacer que la otra persona se sienta incómoda. Tampoco es buena idea estar todo el rato dedicándole piropos, porque puede recibirse como un intento de que las cosas vayan demasiado rápido o incluso como una mentira.
Beber demasiado. No es el momento de pasarte con las bebidas, una primera es para conocer a la otra persona y por eso no convienen los excesos. Esto no quiere decir que no se pueda beber un poco o compartir una botella de vino, pero siempre con moderación, porque los nervios pueden jugarte una mala pasada.
Tener las expectativas demasiado altas. Está claro que si estamos en una primera cita con alguien es porque hay un interés, sin embargo, no conviene llegar con la expectativa de que sea la persona con la que pasaremos el resto de nuestra vida, porque puede suponer demasiada presión. Lo mejor es centrarse en conocerse y decidir si de esa cita saldrá una segunda, lo que además te ayudará a estar menos nervioso.
En general, lo mejor es ser uno mismo y ser sincero, evitando compartir detalles demasiado íntimos y personales, tratar de conocer a la otra persona, sin monopolizar la conversación y sin que parezca un interrogatorio.