Pepe ha llegado a ‘First Dates’ con mucha alegría y se ha presentado como un caballero que tiene claro que “nada es más barato en la vida que hacer feliz a los demás”. Le gustan las mujeres con curvas “una mujer sin curvas es una maceta sin flores”. Le encantaría que a su cita le gustara mucho viajar y que sea “sexualmente fuerte”. Para él, el 80% de una pareja es el sexo “que no me diga que le duele la cabeza”.
Hilda, su cita, nació en Cuba y es cubana americana. Ha viajado mucho y quiere seguir haciéndolo porque le encanta conocer el mundo, las diferentes culturas, religiones… Al llegar, le ha pedido a Matías un mojito y le ha contado que hace más de 20 años dejó Cuba y se marchó a Estados Unidos, pero ahora vive en Granada. Le ha encantado saber que Pepe era de Jaén porque le encantan los andaluces y él no ha dudado en acercar su taburete para que estuvieran más cerquita.
La cena ha comenzado hablando de viajes y los solteros han coincidido en sus ganas de ver el mundo “Cuba es una prisión y ahora soy un pajarito que quiere volar”. Pepe le ha explicado que había querido conocer el comunismo en primera persona y que había llegado a la conclusión de que “era lo peor”. El soltero ha querido saber cuál le gustaría a Hilda que fuera su primer viaje juntos y ella le ha hablado de Toledo y de los pueblos de la costa andaluza “no hay nada que se parezca más a un cubano que un andaluz”.
Hilda le ha confesado que estaba muy cómoda con él y Pepe ha aprovechado para decirle que era muy guapa. La soltera le ha hablado de sus hijos y sus nietos. Pepe también tiene dos hijos, pero vive solo y le ha ofrecido a su cita irse a vivir juntos si la cosa salía bien, pero ella le ha dicho que “piano, piano, como dicen los italianos”.
Pepe no ha dudado en confesarle a Hilda que le gustaban mucho sus curvas y ella le ha dicho que una caribeña no podía no tenerlas. El soltero le ha dicho que el sexo era muy importante para él, que estaba muy activo y que se comprometía a tenerlo por lo menos una vez al día, algo que ella no esperaba escuchar y que ha valorado.
En el reservado, Pepe ha cogido carrerilla y se ha lanzado a la piscina. Ella le ha seguido el juego y le ha gustado mucho que él tomara la iniciativa de pagar la cena “el hombre tiene que ser un caballero”. Ha comenzado a sonar un pasodoble y aunque Hilda no sabía, Pepe la ha agarrado de la cintura y se han dejado llevar.
Los dos se han dicho que sí a una segunda cita, pero ella le ha dicho que tenía que ir poco a poco la cosa “darnos el tiempo y el espacio”. Pepe no es que tenga prisa, pero le ha dejado claro que a su edad “el tiempo no lo tenemos para estarlo perdiendo”.