Ana se ha llevado una gran alegría al conocer a Carlos Sobera y no ha dudado en preguntarle si buscaba pareja. Ella quiere disfrutar de la vida y aprovechar los momentos porque no sabe cuándo se va a terminar. Liga muchísimo, pero todos muy jóvenes. Tiene una actividad para cada día y todos los sábados va a la discoteca. Le gustaría que su cita en ‘First Dates’ fuera un hombre al que le gustara bailar porque a ella le encanta casi tanto como los cruceros “ya he hecho siete y tengo otro reservado”.
Le ha contado al presentador que tuvo una pareja vasca, pero que era “muy guarro” porque era calvo y se duchaba todos los días, pero no se mojaba la cabeza “bueno, buenísimo, pero un olor, que yo me moría”.
Jesús, su cita, busca a una compañera que tenga buen corazón y sea buena persona. Al verle, Ana le ha soltado a Matías un “regular, regular”, está acostumbrada a tener amigos más jóvenes y le ha visto un poco mayor, pero se han ido directos a conocerse a la mesa. Jesús, sin embargo, ha visto a una mujer muy guapa, pero le ha parecido que la distancia iba a ser un problema entre ellos.
Ana ha comenzado la cena preguntando qué buscaba Jesús en una relación y él le ha contado que buscaba a una compañera para compartir lo bueno y lo malo. También le ha contado que le gustaba viajar y que había volado mucho porque había sido mecánico de aviones. Ana solo ha volado hasta Santo Domingo, pero le ha hablado de sus múltiples cruceros. Jesús nunca ha ido de crucero porque a su mujer le daba miedo, pero no le ha dicho que no a irse con ella a uno que tiene planeado para septiembre.
Al hablar con él, Ana se ha dado cuenta de que Jesús era un hombre educado y respetuoso, y le ha empezado a gustar. Ha querido saber qué le había parecido ella y el soltero le ha dicho que muy guapa y muy bien, que ya sabía ella cómo era. Los solteros han hablado de sus edades, y Ana no se ha asustado con que Jesús tuviera 78 años porque ella tiene 75 años.
El soltero le ha contado que era viudo, que había estado con su mujer 60 años y que estos cinco años que llevaba solo, lo había pasado realmente mal “Al principio era garrafal”. A los dos les gusta mucho el baile, pero Jesús le ha reconocido que las sevillanas no le gustaban nada de nada.
En el reservado, los solteros han bailado un pasodoble muy agarraditos y a Jesús le han entrado ganas de besar a Ana, pero se ha contenido. Se han confesado que se habían gustado mucho y Jesús ha intentado solucionar el problema de la distancia ofreciéndole vivir 15 días cada uno en casa del otro “yo tengo una casita con piscina privada”.
Al verle, Ana ha sentido que no era un hombre para él, pero tras pasar un rato juntos ha cambiado radicalmente de opinión y se han dicho que sí a muchas más citas juntos.