Judith tiene una forma de ser muy clara y le da igual que le guste o no a la gente. Trabaja durante la temporada de verano y el resto del año es madre 24 horas. Tiene tres hijos y ha estado con dos hombres, pero ahora quiere estar con una mujer. A los trece años habló en su casa de su condición sexual y no fue aceptada porque lo que se fue de casa. Está buscando a una persona sincera, que no mienta, que tenga las cosas claras, que no exista la toxicidad “necesito paz mental”. Es cantautora y si les nervios se lo permiten, quiere sorprender a su cita con su arte.
Beth, su cita, es una persona que atrae por su físico y siente que los cambios que ha hecho para quererse más a mí misma han tenido resultado “ahora le gusto más a las mujeres”. Al verla, Judith ha visto a su tía “mi tía tiene casi 70 años y ha sido un ¡Pam!”. Las dos han coincidido en que venían de Tarragona, pero a Beth tampoco le ha gustado su cita “me ha parecido que no era mi tipo, esos encajes que me lleva, no van conmigo”. Asegura que no le gusta juzgar a las personas por su peso porque se podría enamorar de una persona que pese 120 kilos, pero... “yo si estuviera así, no vestiría así”.
Las solteras estaban un poco chafadas y Beth ha querido romper el hielo diciéndole que todavía se sentía en una nube y que su familia le había dicho que estaba loca. Judith, sin embargo, le ha dicho que sus hijas llevaban mucho tiempo animándola para que viniera a ‘First Dates’. También le ha contado que tenía 41 años y que nunca se había casado, detalles que a Beth no le ha gustado nada “no me ha gustado que haya estado con hombres porque soy lesbiana”.
Judith se ha interesado por las aficiones de Beth y ella le ha confesado que era mucho de estar en casa y ver una película con palomitas, plan que a ella le gusta, pero es más de moverse. En mitad de la cena, Judith se ha levantado de la mesa y ha regresado cantando una canción. Beth se ha quedado de piedra “casi se me cae el cielo encima, esto es lo que ves desde casa y dices ‘¿Qué haces subnormal?’, perdón por lo de subnormal, pero ¿Qué haces? No ves que estás haciendo el ridículo”.
En mitad de la actuación, Judith se ha puesto nerviosa y ha sentido que se había equivocado y ha pedido que pararan la canción, y Beth lo ha tenido claro “ella misma ha debido de sentir que estaba haciendo el ridículo”.
Repuesta de su actuación, Judith ha querido saber qué pensaba su cita de la “supuesta” pandemia y Beth le ha intentado decir que ella había pasado el covid, pero al ver que ella pensaba que había sido todo un engaño de la sociedad, ha decidido seguirle la corriente porque ya estaba muy cansada de escuchar tantas tonterías.
Judith le ha confesado a Beth que estaba muy cómoda con ella, pero que no se hubiera fijado en ella por la calle. A la soltera no le ha importado no ser su tipo porque ella no era el suyo y en lo único que pensaba era en salir corriendo. Judith ha sentido que lo estaba diciendo porque ella había sido muy directa, pero Beth le ha dicho no tenía un tipo de mujer, pero que tenía que tener algo que la llamara la atención “me han sobrado tatuajes”.
No quería entrar mucho en la conversación, pero le ha dicho que la ropa que llevaba no le gustaba. Judith le ha dicho que era muy de escotes, pero para Beth eso no era un escote “es no llevar nada”. En el momento de la decisión final, las dos han vuelto a mentir diciendo que habían estado muy a gusto, pero se han dado calabazas.