Nada más ver a Lucía, Carlos Sobera ha tenido la sensación de que ya la había saludado antes, pero con otro nombre. A la soltera le ha entrado la risa, pero le ha dado la razón. No es la primera vez que nos visita, pero en su primera cita en ‘First Dates’ la cosa no cuajó, a su cita le gustaba la carne y el pescado, y ella es solo de carne. Le ha contado al presentador que trabaja de camarera, estudia y va al gimnasio, pero que no liga mucho en la barra porque trabaja en un bar de polígono “son todos feos, calvos, gordos…”.
Respecto a su hombre ideal, le ha contado que necesita a una persona con proyectos de vida y que igual que ella, cuide su cuerpo, lo que no significa que “menosprecie a los gordos”. Javi, su cita, es dependiente y se fija mucho en la marca de ropa que lleva la gente. Al ver a Lucía se ha quedado sorprendido “me gustó”, pero más se ha quedado cuando ella le ha dicho que vive en Lleida porque él es de Sevilla. La cita ha comenzado hablando de los estudios de la soltera y de deporte.
La cena ha comenzado con Javi interesándose por los orígenes de Lucía y ella le ha dicho que nació en España y que hacía muy poquito que había podido recuperar su nacionalidad. Él ha querido saber de dónde eran sus padres, pero ella le ha frenado en seco con un “no tengo mucha relación con ellos”. Sus padres son chinos, pero nunca los ha sentido como padres “me siente diferente a los chinos”.
Le ha contado a su cita que le gusta el mundo del modelaje y que hacía sesiones de fotos, Javi sí ha desfilado y le ha contado que también es fotógrafo. El soltero ha sentido que Lucía estaba muy guapita y ella ha bromeado con que su camisa era bonita, pero que ella no lo era. Lucía también estaba contenta con Javi “es simpático, guapo y me encanta que sea andaluz”.
Lucía ha querido saber cómo era la chica ideal de Javi y ha sentido que ella cumplía todos sus requisitos. En el tema hijos, ella le ha dicho que no tenía, pero que le gustaría y él le ha dicho que ahora mismo no estaba entre sus planes. Al hablar de fantasías sexuales, a él le ha entrado la tos y ella le ha dejado sin palabras al confesarle que era “una sala sadomasoquista”.
Javi le ha contado que lo más salvaje que había hecho era una vez que le vendaron los ojos y le ataron, pero no ha querido darle más detalles y cuando ella le preguntaba, no salía de un “sí y no”. A Lucía no le ha gustado que no tuviera las cosas claras, pero él le ha dicho que lo tenía todo clarísimo.
En el reservado, les ha tocado darse un beso sin reloj y a Lucía le ha entrado la timidez. Javi no se lo podía creer y ha terminado agarrándola para besarla apasionadamente. Lucía no podía dejar de reírse, pero cuando lo ha hecho, le ha devuelto el beso. Los dos han tenido claro que se habían gustado y que querían volver a verse.