Jesús está convencido de que tiene pinta de ser un chaval joven “a pesar de los años”. Al llegar a ‘First Dates’ le ha contado a Sobera que llevaba ya 27 años jubilados porque se jubiló anticipadamente pero, aun así, le ha dejado sin palabras al confesarle que tenía 87 años “soy del 36”. El presentador no podía creérselo porque Jesús está estupendo “la guerra comenzó el 18 de julio, yo soy Virgo y nací el 3 de septiembre, ya tiraban bombas y empecé a correr, desde entonces no he parado”. Lleva 10 años soltero porque siente que es difícil “yo no quiero estar con una señora para cuidar nietos”.
Busca a una compañera y le da igual como sea físicamente. Él es un amo de casa “limpio la casa, me hago la comida y todo yo, excepto cuando salgo a divertirme y a bailar. Busco a una amiga para viajar y que me acompañe en todo”. En este momento quiere preparar un viaje para vivir la noche de San Juan en Benidorm y si puede ser junto a su cita, mejor, que mejor.
Ana María, su cita, no tiene la culpa de tener los años que tiene “ni los represento ni los siento ni na de na”. Está cansada de estar sola y al ver a Jesús ha visto a un hombre que le ha gustado “sobre todo, que tiene pelo y tampoco tiene barriga”. El soltero le ha contado que nació en Burgos, pero que es madrileño de adopción. Ana María es andaluza, pero lleva toda la vida viviendo en Barcelona y asegura que lo tiene todo “divertida, atrevida, mala follá…”.
Ya degustando de la cena, Jesús ha querido saber de qué había trabajado su cita. Ana María le ha dicho que se marchó a Barcelona a servir, pero que le gustaría haber sido modelo, algo que ahora es su hija y su nieta. A la soltera le encanta la playa “más que a los pescados”, andar, el baile “estoy en una academia”, y asegura que baila todo lo que le pongan “lo mío, es mover el culo”.
Ana María estaba encantada con Jesús y no ha dudado en decírselo. Él también estaba muy cómodo y le ha confesado que estaba con un chaval de 87 años. A ella no le ha importado su edad porque ella es “una potra salvaje” y busca a alguien que le acompañe. La soltera es muy nerviosa “soy un demonio me decía mi madre” y le ha dejado claro que ella es “muy activa en todos los sentidos, soy un diablo”. Jesús, sin embargo, le ha dicho que él ya no sabía lo que era el sexo y que igual se tenía que comprar un manual, pero ella no cree que sea necesario “si cojo confianza, te ha tocado el gordo y dos más, levanto a un muerto”.
En el reservado, Jesús le ha dicho que le asustaba un poco la distancia y Ana María le ha dado la razón, pero han tenido claro que ellos no tiraban la toalla “yo la lavo”. Ha comenzado a sonar la música, Ana María se ha puesto en pie y lo ha dado todo, pero todo bailando la danza del vientre. La soltera no había hecho algo así nunca, pero ha tenido claro que solo lo iba a vivir una vez y ha movido las caderas hasta hacer sentir a su cita que estaba en Túnez y solo le faltaba el turbante.
La soltera estaba encantada con Jesús, pero él le ha explicado que para él la distancia entre Madrid y Barcelona era mucha y que entre ellos solo podía existir una bonita amistad. Ana María le ha cogido el ofrecimiento y le ha dicho que, siendo amigos, en algún momento podía llegar el momento en el que “la leña arde”.