La gasolinera del amor busca el amor en ‘First Dates’: “Soy una ‘particuellos’”

Rocío le encanta un escote y enseñar carne. Trabaja a una gasolinera y le ha contado a Carlos Sobera que no le hace falta irse a ligar a ningún sitio porque en el trabajo le tiran mucho la caña. Asegura que con su forma de hablar se lo lleva “al huerto, mi hermano dice que soy una ‘particuellos’”. El presentador ha querido saber cómo era su cliente de gasolinera perfecto para hacerse una idea de cómo esperaba que fuera su cita y Rocío ha sido muy clara “que tenga muchos tatuajes, sea flamenquito y muy activo”. A ella le gusta mucho el cante, aunque no tiene voz. Lo que si tiene es pasión y muchos detalles.

Roberto, su cita, asegura ser un tipo muy divertido y alegre, al que le gusta mucho el carnaval, las bromas, el cachondeo. Al entrar, Carlos Sobera ha querido saber si era gasolina, diésel o eléctrico y él lo ha tenido claro “soy diésel”. Al ver a Rocío ha tenido claro que iba a surgir algo entre ellos y a ella, le ha gustado mucho que él no fuera calvo y de Murcia como había imaginado “es de Málaga, cerquita mío”.

El soltero ha comenzado la cena diciéndole a Rocío que la veía una chica muy atractiva y es que según nos ha contado, le ponía cachondo su color de pelo y sus tatuajes. Ella ha querido saber si Roberto era flamenquito y le ha contado que su abuelo era cantante. A él también le gusta mucho el flamenco y le ha contado que iba a muchos festivales “te voy a llevar a uno”. A la soltera le gustan mucho los tatuajes y le ha contado que como le salen gratis “me tatua mi primo”, se quiere hacer muchos más y uno muy concreto “en mi zona especial”.

A Rocío le ha entrado un picor en la nariz y se ha puesto nerviosa porque no sabía muy bien cómo rascarse y Roberto le ha animado a que lo hiciera con naturalidad. La soltera es un terremoto y le ha dado vergüenza que Roberto le mirara las uñas que tenía totalmente comidas. El físico de Roberto no le había gustado, pero poco a poco ha ido descubriendo que era el hombre que buscaba.

Jugando al Rasca del amor, Rocío le ha confesado que no había hecho un trío, pero sí un cuarteto “hay que probar de todo para saber si te gusta o no te gusta”. Roberto le ha dicho que era pasional y “un poco salvaje”. Rocío no tiene fantasías por cumplir porque ya lo ha probado casi todo, pero sí le gustaría tener un cuarto a lo ’50 sombras de Grey’ en casa “me gustan los accesorios para no caer en la rutina”.

En el reservado, Roberto ha comenzado a jugar con el postre y han llegado los primeros besos y lametones. Poco a poco, se han ido provocando y han dejado la conversación para solo besarse. Rocío ha sentido que Roberto era un tipo morboso igual que ella y tras los besos, ha puesto a prueba su lado más flamenquito bailando por la Niña Pastori. Los solteros han sentido una atracción irrefrenable y han tenido claro que iba a ser la primera de muchas más citas y noches de flamenquito juntos.