Manuel, la cita de María, ha llegado un poquito tarde a ‘First Dates’ porque no podía aparcar, pero ha entrado al restaurante con muchas ganas. Siempre le dicen que tiene voz de locutor y a él le gusta gustar, le encanta atraer “y creo que no soy malo en eso”. El soltero se ha fijado en el acento andaluz de María y ella le ha dicho que era de Dos Hermanas en Sevilla, él es murciano y ha comenzado la cita recitándole una estrofa de una canción que habla sobre una cita que podía ser inolvidable. Ella le ha dicho que había sido muy bonito, pero le estaba viendo muy parado para su gusto.
María ha venido a ‘First Dates’ con la intención de conocer algo nuevo porque no sale mucho y él le ha dicho que esperaba “ser algo fuera de lo común”. Ella no esperaba ni pide un bombero, pero ha sentido que Manuel no era su prototipo “me gustan un poquito más delgados”.
María y Manuel han comenzado la cita hablando de sus historias de vida y él, le ha contado que era divorciado desde hacía diez años y que tenía un hijo y una hija. María también es divorciada y tiene tres hijos. Le ha contado que había venido con su hija pequeña. Manuel es comercial “vendo cualquier cosa”, pero ella le ha dicho que tenía pinta de Guardia Civil porque tenía pinta de ser muy serio.
A María le gusta mucho venir a Madrid y cuando Manuel ha sabido que le gustaba mucho pasear por El Retiro, le ha contado que en el parque él tenía el busto de un antepasado suyo “mucha gente no se lo cree, pero yo estoy emparentado con Jacinto Benavente”, alguien que María no tenía ni idea de quién era. Le ha contado la historia familiar del Premio Nobel de Literatura, pero María no se ha enterado de nada.
Cristina se ha acercado a la mesa para llevarse a su madre al baño y cotillear, momento que Manuel ha aprovechado para mirar el culo de su cita sin cortarse un pelo “un buen culo y una buena pechonalidad”.
A Manuel le gusta mucho bailar y le ha contado a su cita que le gustaba mucho también cantar, el karaoke y que en Reyes hacía de Rey Gaspar y que le encantaba recitar. De hecho, no ha dudado en recitarle su parte de la obra. Ella le ha escuchado muy atentamente y le ha dicho que parecía una persona muy interesante, pero por dentro estaba pensando otra cosa “¿Qué quieres, que me pegue un tiro?”.
Sin previo aviso, el restaurante se ha convertido en una pista de baile y las dos parejas lo han dado todo. Cristina se ha quedado un poco parada porque Alejandro no había bailado nunca y se ha quedado un poco rígido, pero su madre y Manuel rápidamente han venido al rescate y han bailado los cuatro juntos. Manuel estaba encantado con su cita y se ha venido arriba al verla mover los pechos con mucha alegría.
Jugando al Rasca del Amor, María le ha dicho que a ella el tamaño sí la importaba y él le ha respondido con un dicho de su amiga “ni larga que tope, ni ancha que ensanche, dura que dure”. María se ha vuelto a quedar sin palabras y le ha soltado un “con esto, ¿Qué me quieres tú decir?”. No le estaba entendiendo su ironía y eso a él, no le ha gustado demasiado.
María ha sentido que Manuel era un tipo demasiado correcto y educado para ella “no me veo con él”. A la hora de pagar, Manuel le ha dicho que pagaran a medias y ella le ha dicho que no había problema, pero esperaba que hubiera sido un poquito más caballero. En el momento de la decisión final, los dos han estado de acuerdo en que la cita había sido muy divertida, pero que estaban en ondas diferentes y entre ellos, no había surgido el feeling.