Tomás es un tipo “severo, pero justo”, que con la edad cada vez se permite ser más bohemio y vivir el día a día pacíficamente. Al llegar a ‘First Dates’ le ha pedido a Matías un vermut con casera y Carlos Sobera ha tenido la sensación de que había tenido un bar. El soltero le ha contado que había tenido un garito de música en directo “volví a la juventud cuando nadie necesitaba de mí, era mi plan de jubilación”. En el amor ha sido afortunado “he tenido dos relaciones de largo recorrido”, es un tipo romántico y “el bienestar de mi pareja, es el mío”.
Respecto a lo que busca en una relación, Tomás ha explicado que le gustaría encontrar un equilibrio entre la generosidad y el egoísmo, y vivir junto a su pareja disfrutando de lo que a ambos les guste. Carlos Sobera le ha deseado suerte con su cita y él le ha respondido con un “la suerte favorece solo a las mentes preparadas, y lo sabes”, algo que al presentador le ha hecho mucha gracia.
Conchi, su cita, es una mujer muy curiosa y sigue buscando cosas como cuando era pequeña. Busca a un hombre inteligente, con carisma y que sepa lo que quiere, pero que también, sepa compartir. Al verla, Tomás ha tenido una buena impresión, pero “físicamente me sobra un poquito de tamaño”. Él le ha contado que vive en Albacete y le ha gustado que ella viviera en un pueblo de montaña. Ella ha tenido claro que “Tomás es feo, pero interesante”. Han brindado con un “salud, amor y rock & roll” y se han marchado a la cena.
La cena ha comenzado hablando del mejor regalo que le habían hecho al soltero y él le ha dicho que los mejores regalos de su vida no se habían comprado en tiendas “son mis hijas”. Ella ha coincidido con él y ha querido saber cuántas tenía. Ambos tienen dos hijas y un nieto. Tomás le ha dicho que solía comer de todo y que cocinaba muy bien, algo que a Conchi le ha gustado, pero que ha sentido que tenía que comprobar.
Conchi ha querido saber si Tomás era supersticioso y él le ha dicho que no, y que no creía. Ha ido a docenas de sesiones de espiritismo y tiene la sensación de que todo tiene una explicación “aunque todavía yo no lo sepa”. Ella es psíquica y él ha sentido que podían echar un buen rato leyéndole las cartas “aunque yo no me crea nada”, tiene claro que no es un tema que hay que respetar y que no tiene que separar a las personas.
En el reservado, Conchi sentido que era demasiado pronto para darse el beso apasionado que les había tocado “creo que puede esperar”. A él, le ha parecido que no procedía hacer nada que no les apeteciera hacer a los dos. Ella nos ha explicado que no le salía besar a Tomás “ni a nadie, no me llevo a la boca nada que no conozca”.
A la hora de pagar, Tomás ha sacado la tarjeta, pero se ha llevado un chasco porque las camareras le han dicho que solo admitían pagos en efectivo. Conchi ha insistido en ser ella la que pagara en cash y él le ha recordado a Matías que “la elegancia no es un envoltorio, es una actitud”.
Conchi se ha mostrado con ganas de tener una segunda cita porque Tomás le había parecido una persona muy agradable, pero él le ha dicho que físicamente no sentía que fueran compatibles, pero que siempre quedaba una amistad. Es más, le ha pedido permiso para ir a visitarla a su pueblo.