Vicente da clases de Kung-Fu gratuitas con el único objetivo de ayudar a la gente y de que el arte milenario no se convierta en un negocio. Se cuida mucho y lleva desde los 17 años practicando el Wing chun Kung-Fu, qué según le ha explicado a Carlos Sobera significa de manera literal “primavera florida”. Tiene claro que las artes marciales son como las mujeres “suaves, lindas, armoniosas y serias, al mismo tiempo”. El soltero lleva 17 años sin hacer el amor con nadie y espera acabar con su sequía con su cita en ‘First Dates’.
Vicky, su cita, tiene ganas de salir, entrar, disfrutar y que su cabeza no se llene de cosas que no debería pensar. Al ver a Vicente de espaldas ha tenido la sensación de que no era su hombre porque era muy bajito y no le ha dado ni dos besos. Ha ido directa a saludar a Matías, pero el camarero le ha recordado que no había saludado a su cita. Vicky le ha dicho que ella no era de dar besos “ya tendremos tiempo”.
Han comenzado la cita hablando de sus lugares de orígenes y a Vicky no le ha gustado que su cita fuera de Alicante “es muy lejos”, ella se esperaba a alguien de la periferia de Madrid. En realidad, la soltera estaba muy nerviosa y no ha dudado en confesárselo a Vicente, “estoy atacada”.
Vicky estaba nerviosísima “no me he visto en otra” y Vicente le ha pedido que respirara hondo y que se relajara. Él no le da muchas vueltas a la cabeza y le ha contado que él era profesor de Kung-Fu “una persona que aprende a coordinar mente y cuerpo, es como tener un banco lleno de oro”.
El soltero ha aprovechado su conversación sobre Kung-Fu para contarle a Vicky cómo fue el día que su maestro le llevó a desayunar con el gran Bruce Lee. La soltera se ha sorprendido y ha querido saber cómo era en persona, y Vicente le ha dicho que era igual que en las películas, pero le ha recordado que ya hace años que murió.
Vicky estaba comiendo muy deprisa de los nervios y le ha contado que estaba viuda, que tenía tres hijos y varios nietos. La soltera no ha vuelto a salir a bailar ni a divertirse. Él ha querido saber qué buscaba y Vicky le ha dicho que buscaba a una pareja para salir, pero que cada uno viviera en su casa.
Vicente se suele fijar en mujeres “canijas”, pero cuando Vicky le ha preguntado que qué le había parecido, le ha respondido con un “bien”. En mitad de la cena, Vicky se ha levantado para llamar a su hija y le ha encantado que Vicente se levantara a retirarle la silla.
Le ha contado a su hija que Vicente le gustaba de cara, pero que era muy bajito para ella “me llega por el hombro”. También le ha contado que hacía “taekwondo de ese” y a la hija le ha respondido con un “chiquito pero matón”, pero la soltera tenía claro que no era para ella.
En el momento de la decisión final, Vicky le ha dicho que había estado muy bien con él, que era una persona muy educada y que le había quitado los nervios, pero que ella no buscaba una relación a distancia. Vicente lo ha entendido porque a él le pasaba lo mismo “yo quiero una mujer para que se venga a vivir conmigo, no a 500 km de distancia”.