En el último programa, la cita entre Lula y Raúl ha sido la única que ha salido realmente bien. Su cena no ha tenido nada que ver con la de Mari Carmen y Ricard, que ha acabado de forma desastrosa: ella ni siquiera ha querido llegar a la sala de la decisión final y ha dejado plantado a su soltero antes de que ambos se comieran el postre. Con un espectacular vestido negro, Lula ha llegado al restaurante confesando que es una "enamorada de los futbolistas". Está deseando tener un novio deportista al que "ir a ver a los partidos", pues ella también es una gran aficionada del tenis y a dar "toques al balón" en la playa.
Cuando ha visto entrar a Raúl, se ha fijado en su pelo multicolor. Después, al hablar con él y enterarse de que, efectivamente, se dedica al fútbol, le ha ido gustando "de menos a más". A él le ha gustado su espectacular físico desde el principio y también su origen y su acento argentino; así, el mejor momento de la cita ha sido cuando el soltero le ha dicho a 'su chica' que conoce al "Kun Agüero" y que, si ella quiere, se lo puede presentar.
La cena ha ido tan bien, que los dos han pasado a una de las salas reservadas. Allí han jugado al juego del atrevimiento y a Raúl le ha tocado darle "un beso húmedo" a su cita. Por respeto, no ha querido dárselo en la boca, pero sí se lo ha plantado en el cuello. Y el resultado ha sido tan bueno que los dos se han dado un rotundo "sí" en la sala de la decisión final.
En un momento tan íntimo como ése, a Lula le ha dado la risa e, inesperadamente, ha empezado a reírse "como un chancho". "Qué mal me río, me sale como un chancho", ha dicho la argentina, con su forma de denominar a los cerdos. Lejos de disgustarse, a Raúl su risa de "cerdito" le ha parecido encantadora. Esta imponente rubia no es la primera que lo peta con su particular forma de reír, pues Óscar, otro comensal soltero con risa de cerdo, se volvió tremendamente viral por el mismo gesto característico.