Por mucho que Ricard ha intentado que su cena con Mari Carmen fuera, al menos, cordial, lo suyo ha sido una misión imposible. Antes de que ella entrara al restaurante, este soltero de 56 años le explicaba a Carlos Sobera que, hace tiempo, tuvo un accidente de moto que le generó "una incapacidad laboral definitiva" y que aquel siniestro le cambió la vida por completo. Ricard tuvo que dejar de trabajar y, tras estar tres meses ingresado en el hospital, decidió separarse de su mujer, "venderlo todo e irse a vivir a un barco".
Puede que, para mucha gente, ésta sea una idílica y acertada decisión; pero, para Mari Carmen, su cita, ha sido lo pero que podía pasarle. Desde el momento en el que se ha enterado de que la residencia oficial de su 'elegido' es un barco, se ha llevado tal disgusto que apenas ha querido hablar con él durante toda la cena. Como ha explicado el propio afectado, esta soltera ha levantado un muro infranqueable y, por mucho que él ha intentado preguntar y entablar una conversación agradable, ella se ha negado en rotundo.
Así, el silencio ha ido apoderándose del encuentro, pues Mari Carmen, voluntariamente, no ha querido contarle nada de su vida a Ricard. Él le ha hecho todo tipo de preguntas: sobre sus gustos, su familia, sus ambiciones; pero ella se ha limitado a contestar un sí, un no, o cualquier otro incómodo monosílabo. El programa ha intentado amenizar su cena con un juego de tarjetas 'rasca', pero incluso esta inocente propuesta ha salido mal. En una de las opciones, Ricard tenía que decir lo que cambiaría de su cita y él ha dicho que la veía "nerviosa" y algo "estirada" en su forma de vestir.
Mari Carmen se lo ha tomado como un insulto, y no se lo ha perdonado. También se ha ofendido cuando él, cansado de ser conciliador, le ha dicho que le parece "aburrido" que ella esté buscando a una persona "exactamente igual a sí misma" para formar una pareja. Por todos estos motivos, la soltera ha parado en seco la poca conversación que le estaba dando a Ricard y le ha dejado plantado: "Perdona, te voy a explicar una cosa. Me voy a ir porque estoy muy incómoda y creo que no vamos a coincidir en nada". Y, sin tan siquiera probar la tarta de queso que tenía delante, se ha marchado y ha dejado solo a Ricard en la mesa, cosa que él "nunca hubiera hecho".