Carlos Sobera tenía muchas ganas de conocer a Víctor porque le habían contado algo de él que le había impresionado “¿Estuviste trabajando con Gabriel García Márquez?”. El soltero le ha contado que sí, que estuvo trabajando para una persona que trabajaba para él “Le llamaba Gabito”. Me enviaba historia y yo las tenía que enviar por valija diplomática “me envió dos historias tremendamente apasionantes que no olvidaré”. También le ha contado que le pedía cosas y una vez le pidió una “brújula para no perderse por México D.F.”.
Víctor se hizo agente de seguros porque el mundo de la interpretación le resultó tremendamente decepcionante. En el amor no sabe muy bien como definirse, pero se ha acordado de que estaba enamorado de la protagonista de la serie ‘Doctor en Alaska’, una mujer independiente y apasionada.
Conchi, su cita, tiene 49 “una edad de transito entre los 40 y los 50, y quiere vivir todas las experiencias que pueda durante este año”. Al verla, Carlos Sobera y Víctor han sentido que era muy guapa y ella le ha confesado al presentador que estaba deseando conocerle “A ti y a tu cejita”. Los dos se han alegrado de ser de Madrid, pero ella ha tenido la sensación de que él tenía un acento raro y ha querido saber. Víctor le ha dicho que podía tener acento gallego en broma, pero la realidad es que no tenía acento. Conchi ha sentido que la estaba vacilando y ha comenzado la cita con el freno de mano echado.
Siguiendo con el tema de Galicia, Conchi le ha dicho que quería hacer el Camino de Santiago y Víctor le ha contado que lo había hecho varias veces y que no quería repetir la experiencia. Puede que se atreva con caminos menos masificados, pero que los más conocidos no le gustan. De hecho, le ha contado que leyó en una piedra una frase en inglés y ella ha exclamado “Madre mía, encima sabe idiomas y todo”. A Conchi no le estaba gustando nada la carta de presentación de su cita.
Conchi ha querido saber si él creía en algo y le ha dicho que no sabía, en principio no cree en nada de lo establecido, pero sí le gustaría creer que esto no se acaba aquí y que luego nos espera un parque de atracción. La soltera le ha dicho que su hija le decía que dentro de la tripita estaba en un parque de atracciones y que su segundo hijo se lo confirmó. Víctor se ha dado por enterado de que tenía dos hijos y ha alucinado al saber que con 49 años también era abuela de dos nietos de 7 y 5 años “fuiste muy precoz en todo”.
La soltera ha querido saber a qué se dedicaba su cita y ha alucinado al saber que era corredor de seguros y que le intentaba vender uno. Ella le ha dicho que ella le podía vender un bono de 10 sesiones de presoterapia y él ha aceptado, sin saber ni de qué le estaba hablando. La intención de Conchi era la de contarle que era esteticien y que todos somos mejorables. Víctor está abierto a cambiar, pero ha sentido que él no suele gustar a las personas que se preocupan por un físico porque es más de contenidos y no de forma.
Cuando Conchi le ha preguntado que qué le gustaba hacer en su tiempo libre, Víctor ha vuelto a dejarla sin palabras “mirar al techo”. Ella ha querido saber si lo tenía decorado y le ha parecido aburridísimo mirar a un techo pintado de blanco. El soltero tampoco baila “no me lo pide el cuerpo”, pero está abierto a probar de todo.
Víctor ha querido conocer los detalles de la historia de amor de su cita porque además de apasionarle los silencios, le apasionan las historias de amor sobre todo, las que terminan mal “Nos gusta ‘Lo que el viento se llevó’, no hagáis una secuela, por favor”. Conchi no entendía absolutamente nada “yo tengo lo mío, pero es más raro que un perro verde”.
El soltero no sabe si se ve en un futuro con Conchi, pero le ha dicho que le había gustado y que quería saber más cosas de ella, pero la soltera ha sido clara y directa “yo no me veo en el presente y menos en el futuro”.