Laura y Hernán han vuelto a ser el claro ejemplo de una cita en la que sus protagonistas viven dos realidades paralelas. Ella estaba convencida de que Hernán no la miraba a la cara porque le había gustado mucho y él estaba deseando que la cita terminara de una vez.
Al verse en la barra de ‘First Dates’, Hernán ha tenido claro que Laura no era lo que estaba buscando y lo ha corroborado cuando ella le ha dicho que tenía 48 años, aunque aparentaba muchos menos y la gente le solía decir que tenía 42. A él le gustan las más jóvenes y con rasgos españoles, pero no como los de su cita.
Laura ha sentido que su cita estaba muy nervioso y de hecho, le ha transmitido los nervios “Me ha descompuesto”. Ya sentado en la mesa, ella ha intentado que se tranquilizara y ha llevado las riendas de la conversación.
La soltera no ha parado de hacerle preguntas convencida de que era una persona muy tímida y que no la miraba a los ojos porque le estaba gustando mucho, pero la realidad era que no le había gustado nada y que no quería sacar ningún tema de conversación.