Tras sufrir una infidelidad, Carolina ha llegado a ‘First Dates’ con pocas esperanzas de volver a confiar en el amor, pero al ver a Pablo, ha sentido que el chico moreno con tatuajes que le podía gustar. Él no ha sentido lo mismo y le ha parecido que su cita no tenía el físico que esperaba, pero se han puesto a hablar de coches y la cosa ha comenzado a fluir.
A Pablo no le gustan las chicas chonis y le ha gustado mucho que su cita compartiera su afición por los coches de hecho, se ha acordado de que su primera novia no era la más guapa de la discoteca y ha querido darle una oportunidad.
A Carolina le ha hecho mucha gracia que su cita fuera un chico natural y muy de pueblo, ella también es de pueblo, pero lleva mucho tiempo viviendo en la ciudad. El joven se ha sorprendido con la decoración vegetal de los platos “Qué floripondio, ¿Esto se come?”, se ha arrepentido de haberse pedido espaguetis y se ha quemado al probar su segundo plató “Me he achicharrado el hocico”.
La cita ha sido amena y divertida, pero cuando se han quedado solos, él ha querido saber cómo era su cita en el terreno sexual y le ha preguntad por el sexo oral. Ella le ha dicho que era normal y eso, más sumado a que era un poco celosa, ha servido para que él tuviera claro que no quería repetir.