Mónica nos ha contado que no ha tenido una infancia agradable y que es una chica muy trabajadora que no ha querido cargar a su tía con más responsabilidades. Tras dos años de mucho estrés laboral, se ha centrado en estudiar fotografía y le encanta la foto de paisaje y natura. Prefiere encontrar a una persona con un interior bonito y no un buen físico.
Oriol, su cita, tiene una condición fundamental para enamorarse “que el guste el cine y las series”, bueno y si puede ser divertida y comunicadora. Ella se ha fijado en su pelo y ha sentido “¡Qué pelo más bonito!”. Los dos viven en la zona de Cataluña y han conectado nada más saber que los dos eran artistas. Oriol ha estudiado dirección y guion de cine, y ella lleva diez años haciendo teatro.
Mientras comenzaban a cenar, Mónica le ha contado a Oriol que vive en una masía con un montón de animales, que le encanta la naturaleza y que desde muy joven comenzó a trabajar para ayudar a su tía “me independicé con veinte años”. Él todavía vive con sus padres y ha sentido que era una chica muy echada para delante.
Oriol le ha contado a su cita que en el amor no había tenido suerte y que nunca había tenido pareja, no es un ligón y no sabe si su timidez también ha influido. Ella se ha sorprendido y ha asegurado que le gustaría que fuera más lanzado, pero no le ha parecido un impedimento, estaba cómoda con él.
Mónica ha querido saber cuándo iba a ir su cita a un nuevo festival de cine y él le ha dicho que antes necesitaba volver a grabar, pero que era cara y no le resultaba fácil. Ella se ha puesto en modo madre total y le ha dicho que le dejaba la cámara, que seguro que algún amigo tenía una pértiga y que no había excusas. Él se ha quedado flasheado ante su intensidad y a ella le ha entrado un ataque de risa. Parece que la cosa ha salido bien y van a volver a quedar eso sí, no sabemos si para rodar una película o tomarse un café.