Manuel no pilla las calabazas de su cita en ‘First Dates’: “Amigas con derecho a roce, el cuerpo está contento y la mente está tranquila”

  • Manuel le pide a Ana que sea sincera, pero sin hacer daño: “Hay cosas que duelen”

  • Ana para en seco a Manuel durante el baile: “Las manos se le iban un poco para mi culo”

Ana tiene 48 años y le encanta cuidarse. Ha sido gogó y stripper durante y sigue teniendo cuerpazo. Lleva 7 años soltera porque es muy exigente porque necesita hacer match a primera vista con alguien. Algo que no ha hecho con Manuel, su cita “no pegamos nada, no”. Un hombre al que no le gustan todas las mujeres y que tiene un círculo pequeño de movimiento. Los dos viven cerquita de Barcelona, pero ella no quería darle muchos datos y nada más comenzar la cita le ha soltado un “soy una chica muy especial”.

A Ana no le ha había impactado Manuel, pero cuando le ha visto comer le ha desilusionado por completo “Me ha desencantado que pidiera espaguetis”. Ella se fija mucho en los detalles y no ha visto mucha elegancia en la forma de comer de su cita “What” El soltero le ha contado que trabaja en un supermercado y eso tampoco le ha gustado.

Él es muy de estar en casa y ella le ha contado que es muy de viajar, y que en verano se le cae la casa encima. Pero él lo tiene claro “para viajar hay que esperar a la jubilación”.

La música ha comenzado a sonar en el restaurante y Manuel ha flipado con el movimiento de su cita “baila sexy, está muy buena” y ha intentado que bailaran un poquito más agarraditos, pero Ana le ha frenado en seco “las manos se le iban un poco para mi culo y le digo “quieto, amigo'". Ella le ha dejado calor que bailaba mejor separada y no se ha creído que él había sido gogó en sus años mozos.

Manuel le ha contado que había bailado en varias discotecas y que se transformaba cuando se subía al pódium y se ponía las botas, pero ella ha sentido que la estaba mintiendo “a mí las mentiras, cero”.

Antes de llegar al momento de la decisión final, Ana le ha dejado ver a su cita que no era su tipo de hombre, pero como él le ha pedido que fuera sincera sin hacer daño, le ha dicho que le parecía un buen hombre. Él ha querido entender que no iban a ser marido y mujer, pero que sí podían ser ‘follamigos’ “Así el cuerpo está contento y la mente tranquila” y no ha dudado en pagarle la cena.