Mateo ha sorprendido a Carlos Sobera nada más llegar a ‘First Dates’ y no solo porque ha apostado por un traje muy original tipo comic, sino porque es un auténtico culo inquieto que toca muchos palos distintos. Es maestro de Reiki y se dedica al mundo del tarot, pero ha estado muchos años trabajando en una fábrica en Alemania y ahora se va a Sevilla ha estudiar la carrera de interprete de alemán. Es un tipo muy energías y comenzó con el tarot con una tontería “vi las cartas en un escaparate y acababa de ver la película de James Bond con la carta de la muerte, comencé a echárselas a mis amigos y diez años después, lo hago profesionalmente”.
En el amor no sabe si es un poco especialito o es que no ha tenido suerte, pero él se siente muy joven y está convencido de que en ‘First Dates’ va a tener su noche de suerte. Al ver que su cita se retrasaba, Carlos Sobera le ha preguntado qué si le gustaba Matías y Mateo lo ha tenido claro “sí, lo he soñado”.
Miguel, su cita, es un tipo que se cuida mucho y al que le encantan sus pechos para lucir las camisas. Ha tenido dos relaciones largas, una que se acabó porque su pareja decidió pasarse a la religión, casarse y tener hijos. Al verle, Mateo ha sentido que era un tipo muy atractivo, pero él se ha quedado un poco asustado con tanto colorín “esperaba a alguien más elegante”.
Mientras esperaban la cena, Miguel le ha contado que era colombiano y se ha sorprendido al saber que su cita solo había tenido una relación de cuatro años con 61 años. Mateo le ha explicado que había ligado mucho con extranjeros y que las infidelidades no iban nada con él. Miguel tiene 51 y le ha dicho a su cita que lleva en España desde que era “joven y bello”, algo que para Mateo sigue siendo.
Mateo le ha dicho ha su cita que era muy de energías y que le notaba nervioso. A Miguel también le gusta el mundo del tarot y la astrología, pero se dedica a ser barbero. Al saber que los dos son Virgo, Mateo ha sentido que su cita era un tipo fiel, pero que la relación de dos hombres Virgo podía ser un poco aburrida.
Mateo estaba encantado con Miguel y no ha dudado en atreverse con todos los juegos amorosos que se han encontrado en el reservado incluso, se ha dejado llevar demasiado y le ha tocado el trasero a Miguel sin previo aviso. Miguel es un poquito más "chapado a la antigua" y casi le para en seco con un "la manita relajá", pero ha terminado dejándose llevar y dejándole que probara sus labios.
Se han gustado, Miguel ha terminado pillándole el punto al traje de Mateo "un traje así denota personalidad" y ambos han dicho que sí a una segunda cita.