Sara está a punto de abandonar su cita en ‘First Dates’ al saber lo que piensa José Luis de los calçots catalanes: “Es como mojar lechuga en alioli”

  • José Luis, al saber la fantasía sexual de su cita: “En el pasillo del Mercadona, al lado de la charcutería”

  • Sara esperaba cenar con un vikingo y a su cita le apasiona ‘Vicky, el vikingo’

Sara se ha definido en ‘First Dates’ como “una rockerila, una gótica hípster…”. De sus cuatro parejas, tres han sido extranjero y con estética vikingo, ella no quería mirarle, pero Matías lo ha tenido claro “me está describiendo”. Lleva una época de ‘Situationship’, relaciones románticas sin etiquetas ni exclusividad, y está cansada de que al mes se desvanezcan y que no dure nada.

A José Luis, su cita, sus amigos le llaman ‘El vikingo’ porque de pequeño le gustaba mucho ‘Vicky, el vikingo’ y tenía hasta las sábanas de la cama de esa temática. Sin embargo, al verle, Carlos Sobera y Sara han sentido que de rubio vikingo no tenía nada de nada, pero ha querido descubrir si tenían un montón de cosas en común. Él la ha visto una chica mona que no tenía mal cuerpo.

José Luis no era guiri que Sara esperaba y aunque lo ha intentado, parece que solo le ha encontrado defectos. Él le ha contado que nació en Granada, pero toda la vida ha vivido en Marbella y que ahora trabajaba y estudiaba en Barcelona. Ella le ha dicho que llamaban la atención los chicos extranjeros y que siempre había estado con irlandeses e italianos, y que le gustaba que le aportaban cosas nuevas de otras culturas.

El soltero le ha dicho que tenía pocas aficiones porque no tenía mucho tiempo libre y ella ha sentido que igual iba a ser muy paradito para ella porque se considera “un culo inquieto”. Sara ha querido saber qué música le gustaba a su cita y él le ha dicho que escuchaba reggaetón porque era lo que sonaba, pero que a él lo que más le gustaba era ponerse a Melendi. La cara de Sara ha sido un poema y le ha dicho que ella era rockera “no has visto mis pulseras de chunga” y que su pasión era ir de conciertos “el año pasado fui a más de 40 por eso no me puedo pagar una hipoteca”.

Ella ha querido saber cómo estaba la cena que había pedido, pero él le ha dicho que la verdura no era lo suyo, pero que sí había probado los calçots, pero “no son nada del otro mundo, es verdura, como si te comes una lechuga mojada en alioli”. Sara ha flipado y ha bromeado con levantarse y de la mesa. La joven venía con la idea de borrarse el Tinder, pero algo le ha dicho que todavía no era el momento.

Quitándole importancia al asunto, Sara le ha dicho que una vez se encontró una cucaracha en su plató y que casi le da algo porque ya se lo había comido casi entero, y José Luis no ha podido contener la risa.

Hablando de sexo, la cita ha cambiado por completo y Sara no ha parado de reírse con José Luis, pero aun así, le ha faltado un poco de chispa andaluza porque ella lo vive todo con mucha pasión. Él le ha dicho que no tenía ninguna fantasía sexual rara por cumplir y cuando ella le ha dicho que le gustaría por la calle, le ha soltado un “en mitad del pasillo del Mercadona, al lado de la charcutería”. Al tema trío, le ha dicho que no se ve capaz con dos mujeres, pero que con dos hombres y una mujer, podría probar, eso sí, no sabe si en la oscuridad “algo se puede colar por dónde no debe”.

Él se ha mostrado partidario de volver a quedar y conocerse más, pero ella le ha dicho que le habían faltado aficiones en común y que para ella el tema de la música era fundamental.