Pepa, más conocida como Pepa Tormento, asegura que ha sido un torbellino desde muy pequeñita y que a nadie le importan sus apellidos. Lleva 23 años “felizmente sola” y siente que cada día es más exigente y más cómoda. Está buscando a un hombre que le guste viajar, bailar y sobre todo, que sea madrileño.
Le ha contado a Carlos Sobera que le encanta un buen crucero transoceánico, pero que no suele ligar en alta mar porque o son gays o están todos cogidos. El presentador ha sentido que podía encontrar al hombre perfecto para ella y Pepa la he dicho que ella tenía claro que necesitaba a “un Carlos Javier Sobera”. Al presentador le ha gustado mucho que le llamaran por su nombre completo y el ha respondido con un “dos alforjas para un mismo burro”. Eso sí, le ha pedido que no achicara a su cita porque era una mujer con mucha personalidad.
Chema, su cita, es un hombre que tiene claro que ni el poliamor ni las relaciones abiertas tienen cabida en sus relaciones sentimentales. Él es un hombre de una sola mujer, pero eso sí, tiene claro que todas las mujeres tienen algo que las hace bellas y no solo ser rubias o de pechos grandes.
Al verle, Pepa ha sentido que era un poquito bajito para su gusto, pero le ha visto un hombre bien porque a su edad ya no está para exigir demasiado. Han hecho un chin chin y Carlos Sobera les ha acompañado a la mesa.
A Pepa le ha encantado saber que su cita era madrileño y que las dos cosas que más le gustaban era bailar y viajar, igual que a ella. Han comenzado tratando el tema del baile y los dos han estado de acuerdo en que no eran unos muchachos, pero que no les gustaba ir a sitios de personas mayores porque a sus 69 años se sentían todavía muy jóvenes. Igual, Chema un poquito más.
El soltero nos ha contado que Pepa era muy mayor para ella a pesar, de tener solo 6 meses más que él porque a él le gustaba estar, salir y relacionarse con mujeres que como mucho tuvieran 30 años “para viejo ya estoy yo”.
Chema le ha contado a Pepa que le gustan los cruceros y ella le ha confesado que le apasionan y que estaba a punto de hacerse su número 12. Eso sí, viaja con una amiga porque no le gusta ir sola. Él ha sentido que al tratar el tema de los cruceros se les acababa el tema de conversación, algo que no le pasa con la gente joven.
Ella le ha preguntador por los viajes del Imserso y él le ha dicho que no necesitaba que le mordiera la serpiente para saber que lleva veneno y que él con la tercera edad no va a ningún sitio “la vejez se pega, nunca vayas con viejos”. Pepa viajó por primera vez con el Imserso el pasado mes de septiembre y tiene claro que no repite.
En el tema del sexo, Pepa le ha dicho que lo prefiere con amor porque como ella se da el punto no se lo da nadie, pero él cree que si hay comunicación y con una persona más joven, todo puede ser estupendo.
Chema no ha dudado en invitar a cenar a su cita y asegurar en la decisión final que Pepa era una mujer “inteligente, guapa, con tipazo…”, pero que vivía muy lejos y que a sus edades ya tenían cada uno su vida medio hecha. Ella lo ha entendido y no se ha enterado de que la verdadera razón es que a Chema le gustan las chicas de 20 años.