Mari e Inocencio han llegado a 'First Dates' en busca de amor y se han enamorado nada más verse. Él de su sonrisa y ella del hombre que había debajo del sombrero.
Mari a sus 86 años asegura que la edad no importa, que es un estado de ánimo y a su edad nunca ha visitado a un médico. Hace 18 años que no tiene marido, pero recuerda su matrimonio como algo maravilloso porque estuvo conduciendo por toda Europa. Ha viajado mucho sola, pero ahora quiere a alguien que le acompañe. Le gusta mucho el cine, el teatro… Busca a un hombre con cultura del que enamorarse porque ella se enamora muy rápido.
Inocencio, su cita, está enamorado de la vida, de las mujeres bonitas, de las buenas cenas… Ha entrado con mucho frío y nos ha contado que él ahora se lo hace todo y que ha aprendido a apreciar el gran trabajo que hacia su mujer. Al ver a Mari ha sentido que era guapísima y ha exclamado un “yo no me merezco tanto”.
A Mari le ha gustado que llevara sombrero y la forma en la que se ha acercado a ella para darle dos besos y mostrarle su admiración ante tan bella sonrisa. Le ha parecido un tipo encantador y muy atento.
Inocencio, Chencho para los amigos, le ha contado que es de Valladolid, pero que vive en un pueblo de Valencia y que tiene un gran respeto por las mujeres de su edad “Las mujeres de antes han levantado este país, han trabajado de sol a sol, en el campo, en la casa, mientras que los maridos salíamos por ahí a tomar copas. Han cuidado de nuestros hijos y no se lo agradecen”.
El soltero ha querido saber de dónde era Mari y al saber que era de Ibiza, ha querido saber cómo lo iban a hacer. Inocencio se ha presentado como un tipo que no pierde la sonrisa, alegre y cantarín, que se quedó viudo hace 5 años. Ella le ha dicho que era su primera cita en 18 años y que le apasionaba viajar.
El soltero ha querido saber si para Mari estaba por delante de todo y ella le ha dejado claro que no. Los dos han estado de acuerdo que a su edad, el sexo es una caricia, compartir, cuidarse, una buena cena, ir a bailar, no enfadarse… Los dos están buscando lo mismo e Inocencio no ha dudado en decirle que se había quedado prendado de su sonrisa y ella de su sombrero. La familia de Mari tiene una sombrerería famosa en el mundo entero y para ella un hombre con sombrero es un hombre “bueno, limpio y elegante”.
Al escucharla, Inocencio ha recordado que tenía una foto suya de joven en el móvil y le ha mostrado que él lleva utilizando sombrero desde que tenía 16 o 17 años. “Qué guapo, pareces un cantante argentino”, ha exclamado Mari al ver la fotografía.
Inocencio estaba preocupado por saber cómo iban a hacer para seguir viendo a Mari porque estaba convencido de que los dos solo “con fundirnos en un abrazo podemos ser felices lo que nos queda de vida”. Mari le ha tranquilizado y le ha invitado a ir a visitarla a Ibiza, y luego después ella podía irse a pasar una temporadita a su casa.
En la decisión final, él le ha confesado que se había enamorado de su sonrisa y ella le ha dicho “y yo me he enamorado del hombre del sombrero”. Los dos han encontrado lo que estaban buscando y a Inocencio no le hace falta ni el avión para ir a ver a su Mari “Andando me voy yo a Ibiza solo por verte”.