Eduardo ha llegado a ‘First Dates’ equipado como un auténtico profesional del esquí y es que para él es mucho más que un deporte. Es una sensación de libertad, de estar casi volando, de conexión con la naturaleza. Para él el esquí es un hobbie, pero se sacó el titulo de monitor en Nueva Zelanda y ha dado la vuelta al mundo esquiando.
Le apasiona viajar y ha vivido en muchos países. Busca a una mujer atractiva, romántica y activa, él es un tipo muy familiar y quiere compartir la vida. Nikol, su cita, se ha presentado con un gran abrazo a Carlos Sobera y contándonos que le apetece tener pareja y encontrar en él a su mejor amigo.
Ha venido con su casco, que le ha salvado dos veces la vida esquiando y al ver a Eduardo se ha llevado una buena impresión. Él ha tenido la sensación de que era una mujer francesa, pero ella le ha dicho que no le entendía cuando le ha empezado a hablar en francés. Nikol es de Praga, pero vive en Barcelona.
Nikol le ha contado a su cita que se vino a Barcelona por amor y que se quedó porque le gusta ir a esquiar y jugar al vóley en la playa. Eduardo le ha dicho que vivía al lado de dónde ella iba a esquiar y se ha sorprendido al saber que ella también era monitora de esquí. Juntos podían esquiar y recorrerse el mundo en busca de pistas de nieve.
La soltera le ha contado que su gran pasión es salta en paracaídas, que lo hizo una vez y que le pareció mejor que el sexo. Una confesión ante la que Eduardo le ha hecho una proposición indecente “Saltamos en paracaídas y luego tenemos sexo, y me dices que es mejor”.
Eduardo ha querido que Nikol le contara alguna otra cosa loca que hacía y ella le ha confesado que le encantaba tener sexo en plena naturaleza. Él no lo ha probado, pero no le importaría probar con ella porque estaba encantado con la cita. Ella ha querido saber si Eduardo tenía hijos y al saber que tenía dos y que vivían con él, se ha enfriado bastante, está buscando a un hombre que tenga tiempo para ella.
A la hora de brindar, Eduardo ha querido hacerlo pidiendo que se volvieran a ver y eso a Nikol le ha tocado el corazoncito. Al preguntarle por sus anillos, Eduardo no ha dudado en coger la mano de Nikol y regalarle uno de ellos. Ella se ha sorprendido y cuando él le ha dicho que quería un beso a cambio, ha intentado quitárselo riéndose.
Eduardo lo ha visto como una manera de intercambiar algo, pero no le ha salido bien y es que le ha pedido hasta dos besos y ella ha esquivado, con mucho humor, la situación. Él estaba deseando conocerla un poquito mejor e ir a esquiar juntos, pero Nikol le ha confesado que le había echado para atrás que tuviera hijos, ella quiere a un hombre que se ocupe solo de ella e igual, sea el macho que la controle en la cama “soy dominante”.