Beatriz se ha presentado en ‘First Dates’ como una mujer con ansiedad diagnosticada que está aprendido a valorarse y a elevar su autoestima. Según le ha explicado a Elsa Anka lleva unos años metida en el tema de la anarquía relacional, tiene un concepto del amor poco convencional e intenta establecer relaciones monógamas con cada persona, estableciendo una relación en la que ambos estén cómodas.
Pablo, su cita, busca un amor libre y relación de poligamia. Al ver a Beatriz le ha dado la mano y Elsa ha tenido que intervenir. El soltero ha rectificado a tiempo y le ha dado un fuerte abrazo a su cita. A Beatriz le ha parecido que no era su tipo físicamente, pero el ha gustado mucho la energía que traía. Él se ha olvidado las gafas y ha visto a su cita “borrosa”, pero simpática.
Al pedir la cena, Pablo le ha dicho que no podía tomar postre porque era intolerante a la leche y ha querido puntualizar la información “luego me tiro muchos pedos”. A Beatriz le ha parecido que ese comentario no era apropiado para los 5 primeros minutos de una primera cita, pero también ha conseguido hacerla reír y para ella eso es muy importante.
Los jóvenes se han puesto a cenar en silencio y él le ha dicho que había leído a “un nutricionismo” que decía que comer solo proteínas en la comida hacía que estuvieras más contento. Algo que a ella le ha gustado saber porque le gusta escuchar datos absurdos que no aportan nada.
Beatriz ha querido saber cómo eran las relaciones de Daniel y ha respirado tranquila al saber que desde los 30 apostaba por el amor libre tanto en relaciones monógamos como abiertas. Ella le ha contado que se mueve por vínculos, que su vinculo sexo afectivo se acababa de romper y que tenía varias solo afectivos.
Daniel no ha querido hablar mucho para no hacer reír a Beatriz mientras cenaba “soy muy guasón”. Ella le ha entendido que era “falso” y él le ha confirmado que todo lo contrario “soy míster natural” de hecho, mientras se reían se le ha escapado un eructo y le ha dicho que eso no era nada, que si hubiera tomado la leche.
La joven no ha parado de reírse en toda la cita y le ha encantado la naturalidad de su cita. Eso sí, en el momento de la decisión final le ha reprochado que no le dejara casi hablar. Daniel ha sentido que algo había fallado porque él solía ser muy callado y ha achacado su verborrea a los nervios de la primera cita.