Roser y Albert no se han gustado a primera vista y por mucho que han intentado ser educados, durante la cena no han parado de encontrarse impedimentos para encontrar algo que les gustara al uno del otro. Incluso, hasta la comida que tenían en el plató no era suficiente.
Albert ha entrado muy prudente en ‘First Dates’ y se ha definido como un hombre pasional y cariñoso, pero “Dentro de casa”: Le ha contado a Carlos Sobera que ha estado 20 años casado y que tiene dos hijas “14 y 13 años”, el presentador le ha entendido y le ha soltado un “adolescencia total”, pero él le ha dicho que todavía estaba en “pre adolescencia” y el presentador le ha confirmado que su hija tenía la misma edad y ya estaba en modo adolescente.
Roser, su cita, es una mujer que está cansada de estar sola y que aunque es muy exigente, tiene la sensación de que en algún lugar hay un hombre con sus mismos valores que le está esperando. Al verla, no le ha desagradado, pero Albert ha sentido que no era lo que estaba buscando, a él le gustan las mujeres bajitas y delgaditas. A ella, él tampoco le ha dado buena sensación porque se esperaba a un hombre que se arreglara para la cita y Albert, en su opinión, no lo había hecho.
La cita de Albert y Roser ha comenzado hablando de sus signos zodiacales y la cosa se ha torcido un poquito más. Al saber que su cita era Tauro, Roser no se ha escondido y le ha dicho que ella era Escorpio y que no se llevaba bien con los Escorpio “defienden mucho sus ideas y son prepotentes”. Albert le ha confesado que era un tipo que defendía sus ideas al máximo, pero que estaba abierto a que alguien le hiciera cambiar de opinión.
Antes de entrar en mayores polémicas respecto al horóscopo, los solteros han comenzado a degustar su primer plato y él ha soltado un “voy a venir más aquí porque ponen poca cantidad”. Respecto a las relaciones, Roser le ha contado que ella era una mujer muy convencional y tradicional, algo que él también lo es, pero que asegura que solo es de puertas para fuera.
Sin venir a cuento, Albert le ha dicho que él lleva desde los 8 años haciéndose cargo de todo en su vida y en sus relaciones, y que quería que eso cambiara. Ella le ha preguntado que si se arrepentía y le ha parecido que quejarse de esa manera era algo que no venía a cuento en una primera cita. Ella también se ha ocupado de su familia y no lo va gritando a los cuatro vientos.
La cena no les ha parecido mal, pero ellos no se estaban gustando nada de nada. Albert ha querido que Roser le contara algo de ella porque no estaba hablando casi y ella le ha dicho que solía hablar mucho, pero que como él hablaba tanto se había quedado cortada. Él se ha disculpado y ha intentado sacar otros temas de conversación, pero no había forma de que la cosa fluyera. Ella se ha definido como una persona activa sexualmente cuando la otra persona le gustaba “soy muy exigente”, pero él le ha soltado un “eso lo dicen todas, pero cuando te sales de misionero, se lía”.
En el momento de la decisión final, Albert le ha explicado que no era su prototipo de mujer físicamente, pero que le había parecido una buenísima persona y ella, le ha confesado que las personas con pelo y barba en la cara la repelen. Eso sí, le ha ofrecido su amistad.