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Ainhoa ha sentido que Caio era un hombre paradito para ella, pero al irle descubriendo ha tenido la sensación de que igual era ella la que no le podía seguir el ritmo. En tan solo una hora han descubierto sus fantasías sexuales, su pasión por las olas y las motos y su gusto por la misma bebida de hierbas.
Ainhoa ha llegado a ‘First Dates’ aburrida de los hombres “se vuelven setas”, no soporta la monotonía y espera encontrar a un hombre activo que le robe el corazón. Según le ha contado al presentador, lleva tiempo sin tener citas porque ella estaba muy feliz con su perro, su moto y sus amigas. No quiere tener familia, pero sí conocer a un hombre activo con el que hacer cosas y recorrer el mundo.
Caio, es brasileño y se define como un hombre activo al que le gusta hacer y descubrir cosas “aunque sean malas”. A Carlos Sobera le ha encantado su nombre y al saber que era de Brasil, el restaurante se ha convertido en una auténtica fiesta “¡Brasil!”. A Ainhoa no le ha gustado físicamente “no tiene nada que ver conmigo”, pero ha querido descubrirle.
Al saber que Caio llevaba 3 años sin pareja, Ainhoa ha tenido claro que era muy parado para ella y le ha advertido que ella es como la protagonista de ‘Algo pasa con Mery’, un joven que nunca se enamora y siempre sale corriendo de las relaciones. La primera impresión de Ainhoa no ha sido muy buena, pero en el momento que ha ido descubriendo a Caio ha cambiado de opinión.
El joven le ha contado que le encanta el surf, las motos, viajar… Sobre todo, le gusta hacer cosas nuevas y no desaprovechar sus días libres. Ella ha alucinado porque les gustaban las mismas cosas y compartían aficiones. De golpe y porrazo, Caio le ha hablado a Ainhoa de los locales de intercambio de pareja y ella ha dado cuenta de que de paradito no tenía nada. A ella le ha llamado mucho la atención y le ha dicho que es algo que quería probar.
Una de sus fantasías es tener sexo encima de su moto y Caio ha ido un pasito más allá preguntándole si veía posible tener sexo con la moto en movimiento y ella ha respondido con un “sí”. Antes de tomar la decisión final, Ainhoa ha querido saber si su cita bebía chupitos y se ha sorprendido al saber que le gustaba un licor de hierbas llamado Jägermeister porque ella es tan fan que lleva el logo tatuado en el brazo.
Lo que ha comenzado al ritmo de “¡Brasil!” ha terminado planeando una segunda cita y con ganas de conocerse mucho mejor y vivir aventuras juntos. No sabemos si irán juntos a surfear, pero seguro que un chupito se toman.