José ha venido a ‘First Dates’ con la ilusión de encontrar el amor y a alguien con el que vivir el día a día y disfrutar. Tiene varios problemas de salud que le han enseñado lo que realmente importa de la vida y que hacen que no todo el mundo esté preparado para entenderle.
Cariñoso, fiel, con sentido del humor… a sus 40 años, José siente que tiene muchas cosas buenas y asegura ser muy ñoño cuando está enamorado. Físicamente lleva cuatro años luchando. Ha tenido varias intervenciones y actualmente tiene varias hernias discales, fibromialgia, síndrome de dolor regional complejo y una neuropatía “mis nervios no están bien y chocan un poquito con mi cuerpo”. Carlos Sobera le ha agradecido la visibilidad y la naturalidad con la que trata su estado de salud porque demuestra a otras personas que se puede seguir adelante y hacer cosas con esas dolencias.
José tiene claro que su meta es lo que va a pasar al día siguiente porque él quiere ver crecer a su hija y verla pasar la edad del pavo. De su cita en ‘First Dates’ espera a una persona simpática “con un pelazo como Matías” y sobre todo, que acepte su condición.
Mar, su cita, ha entrado con una gran sonrisa y bromeando con Carlos Sobera. Al verse, no sabemos si se han gustado porque José no ha conseguido descifrar lo que decían sus ojos. Con la chaqueta puesta y mucho calor, se han puesto a conocerse y han descubierto que eran un gallego y una sevillana viviendo en Mallorca.
Las pulseras rojas que ambos lucían en sus muñecas han servido para que Mar y José rompieran el hielo y comenzara a hablar. Han empezado piropeándose y hablando de los motivos que les habían llevado a venir al programa. Los dos han dejado claro que no se habían atraído físicamente, pero han querido conocerse porque la vida les habían enseñado a no prejuzgar a las personas.
Mar ha aprendido mucho de todo lo malo que le han enseñado sus pareja y José de su enfermedad. Ha aprendido a decir “te quiero” a las personas a las que quiere, a abrazar fuerte a su hija y a levantarse cada mañana. La cerveza que estaba degustando Mar ha servido para que José le contara que tenía una serie de limitaciones físicas y que no todo el mundo podía entender que él no podía andar más de una seguida, no podía acompañarla a la montaña o que a tal hora tenía que estar metido en la cama. Mar trabaja en el mundo sanitario, también ha estado enferma y ha sentido que ella podría entenderle perfectamente.
Mar ha tenido que improvisar un abanico porque le han entrado los calores, pero no ha sido porque José la estuviera enamorando, es que de vez en cuando le pasa. Él la ha entendido y ha aprovechado para contarle que la semana pasada se había hecho él mismo el piercing de la nariz. Mar ha alucinado, pero él le ha dicho que después de 12 operaciones de rodilla y varias hernias discales, el pellizco de la nariz le había hecho cosquillas.
En el momento de la decisión final, Mar y José han tenido claro que se tomarían más de 15 cafés juntos, pero como amigos porque entre ellos no había surgido la chispa del amor.