Se han gustado, se han seducido con las miradas, ha despertado su curiosidad y han jugado al juego del amor. Antonio y Lidia se han dejado llevar y unas plumitas han conseguido que salieran de ‘First Dates’ con ganas de mucho más.
Lidia ha venido a ‘First Dates’ en busca de alguien con las ideas claras “que en la cabeza lleve algo más que pelo”. En el amor le ha ido regular porque siempre que iba a comenzar la convivencia salían corriendo “se asustan y son niños que no saben hacer cosas de la casa. Niños de mente”.
Busca a un chico con la cabeza amueblada y mucho humor. El físico es algo importante, pero prefiere a un hombre con cerebro. Antonio, su cita, asegura haber disfrutado mucho de la vida, haberse puesto a prueba, madurado y analizado a sí mismo. No busca nada concreto, pero “si encuentro a alguien que me rompa las expectativas, adelante”.
Al escuchar la voz de Antonio, Lidia se ha girado de forma sensual y sus miradas se han cruzado por primera vez. Le ha parecido un chico sencillo como ella y rápidamente se han puesto a hablar. A él le ha parecido interesante que la soltera fuera de Cádiz porque él veranea por allí y ha querido saber qué le recomendaba de su tierra.
Antonio ha comenzado la cena contándole a Lidia que su familia es de Jaén y que le encanta el arte del sur. Él no toca ningún instrumento, pero asegura que en los cumpleaños familiares siempre hay alguien que canta, saca al guitarra o toca el cajón. Respecto a las relaciones, Lidia le ha contado sus dos experiencias y él le ha dicho que tiene un hijo de seis años.
El soltero ha querido saber si Lidia era buena niña y ella ha abierto un tema que él no esperaba. Al decirle que a veces es un poco traviesa, ha dado pie a que comenzaran a tratar el tema sexual. Lidia le ha explicado que es una mujer activa, que se ve bien en cualquier rol y que no se cierra a ninguna nueva experiencia.
Durante la cita se han dicho con las miradas que se habían gustado y cuando han disfrutado de la intimidad del reservado, lo han hecho con palabras. Antonio se ha puesto el antifaz con la intención de descubrir el lado dominante de su cita y ha flipado al sentir cómo Lidia le mostraba su faceta más traviesa. Poco a poco ha jugado a seducirse y los dos se han confesado que estaban muy a gusto.