Eva ha venido a ‘First Dates’ en busca de “su amo sexual” y se han encontrado con Daniel “el travieso”, un hombre que ha llegado con los pelos de punta y muchas ganas de diversión.
A Eva le gusta el mundo del BDSM y le gustaría encontrar a alguien para llevárselo a su terreno más personal “me gustaría que mi amo fuera mi pareja y es como dicen algunas, buscar un Grey es difícil”. El matrimonio le da mucho respeto y nunca se han casado, pero tiene un hijo de 10 años de una relación importante. Para ella el sexo es muy importante y marca la durabilidad de la pareja.
Daniel, su cita, también se ha presentado como un apasionado del sexo “le pongo muchas ganas, soy muy juguetón”. Asegura que le gusta dar placer más que recibirlo. Ha entrado en el restaurante con muchas ganas y los pelos de punta, pero literal. De hecho, antes de presentarle, Carlos Sobera ha bromeado con su flequillo “se ha hecho un kiki”.
Eva ha flipado al verle con el pelo de punta, pero él le ha puesto mucho sentido del humor y la cita ha comenzado muy bien. Y decimos ha comenzado porque a los tres minutos Eva ya ha encontrado algo que no le ha gustado de él. Ella tiene mucho respeto al matrimonio y saber que Daniel se había casado y divorciado dos veces, no le ha gustado nada de nada.
Daniel es de Madrid y le ha encantado saber que Eva era alcarreña “de Guadalajara, un bizcochita borracha” porque su padre es de un pueblo de la misma provincia. También han hablado de sus profesiones, ambos vienen de familia de camioneros, y de la necesidad de ir al gimnasio, pero Eva ha sentido que su cita no practicaba demasiado deporte “debe de ir una vez al mes”.
La música ha sonado en el restaurante y Daniel y Eva no han dudado en ponerse en pie para darlo todo. Ella ha recordado sus años mozos en la Penélope de Benidorm y él ha jugado a seducirla. Eva ha sentido que Daniel era “un poco llaverín” para ella, pero él le ha dejado claro que sin tacones estaban a la par, que a él le gustaban las chicas alta y que para nada estaba impresionado por su físico, estaba encantado, pero no impresionado. Ella no le ha creído.
Eva no quería terminar la cita sin comprobar si Daniel era el Grey que estaba buscando y se ha llevado una gran sorpresa. Él se ha definido como su nombre “travieso” en el terreno sexual y ha terminado hablándole de su cuarto rojo. Parecía tener todo lo que ella busca en el terreno sexual, pero al escucharle hablar de los intercambios de pareja ha vuelto a sacar la bandera roja.
Daniel ha tenido claro que le gustaría volver a quedar con Eva, pero ella le confesado que más que la chispa, que la había sentido, le había faltado confianza en él para repetir. Una pena porque podía haber sido el Grey que estaba buscando.