Sandra y Valentí han encontrado durante su cita cosas que les separaba del todo, pero otras muchas que les unían y que les hacían reír juntos como los chistes malos. Valentí no quería enseñarle esa faceta suya en la primera cita, pero ella ha insistido y ya no han podido parar.
Valentí le ha explicado a Sandra que hace muchos años que perdió la vergüenza y que en su grupo de amigos es el que intenta hacer siempre la gracia, aunque no siempre lo consigue. Sandra ha sentido curiosidad por escuchar alguno de sus chistes malos y aunque él se ha resistido, le ha terminado contando el del ciego y la escena del crimen.
A Sandra le ha hecho mucha gracia y en el momento que Valentí ha tenido la oportunidad le ha vuelto a contar otro de sus chistes. Cuando han hablado de deporte, él ha sido sincero “Soy deportista de alto rendimiento, me rindo enseguida”. Un chiste malísimo, que a ella le ha encantado “Sus chistes me han parecido malísimos, pero me he reído mucho”.
Hablando de deporte, Valentí le ha confesado su pasión por las motos y le ha propuesto un plan perfecto para una segunda cita: Paseo en moto, cena, serie y lo que surja.