La sal yodada es la más recomendada por la OMS (Organización Mundial de la Salud) para el consumo. Pero es un poco más cara que la sal de mesa común. 'En el punto de mira' investiga el comercio con la sal yodada y hace un sorprendente hallazgo: muchas sales que se venden como yodada realmente no lo son.
Así lo dictaminó la Universidad de Cádiz destapando hace unos años el fraude universal de más de 19 sales que se estaban vendiendo como sales yodadas sin cumplir lo que decreta la normativa. La sal yodada debería tener 60 miligramos de yodo por kilo.
Pero 'En el punto de mira' ha ido más allá del estudio y ha podido comprobar desde casa el timo que podemos encontrar con ciertos productos. Gracias a la ayuda de un químico, hay un test casero que puede determinar si tu sal contiene yodo o no.
¿Cómo hacerlo? Muy sencillo. "Coges una patata, la cortas por la mitad, haces un hueco para que te entre una cucharadita de sal, la echas y pones un poquito de limón. La pasta que se genera, si alrededor empieza a salir un color azul o morado, puedes estás segura que ahí hay yodo", le explicó el quimico a la reportera, que comprobó que dos sales compradas en el supermercado diferían mucho en el resultado del experimento.