El aumento del precio de los alimentos en los supermercados es evidente. Los productos más adquiridos han sufrido un leve aumento que luego se nota de forma directa en a la hora de pagar la cuenta. Por eso, 'En el punto de mira' ha hablado con los agricultores, los responsables de almacén y los transportistas.
Curiosamente ninguno de estos tres eslabones de la cadena no se ha beneficiado de esta subida. Los agricultores trabajan con la mitad de los empleados, han perdido mucha mano de obra y, además, han tenido que contratar unas series de medida de seguridad para proteger a las personas que entran a trabajar dentro del invernadero. De hecho, un agricultor llega a reconocer que "a veces perdemos dinero".
Los agricultores de tomate viven lo mismo, ven como su producto es vendido ahora mismo por 50-60 céntimos, cuando luego es lanzado a más de 1,20 euros. Es decir, más del 50 %. "Siento que ganan más dinero las personas que trabajan para mí que yo", explica la propietaria del invernadero.
Si embargo, en los almacenes vuelve a pasar lo mismo y reconocen que han tenido que incrementar los costes debido a la compra de modelos de seguridad, productos de desinfección, mascarillas y todas las medidas que han mplantado para asegurar no contagiar los alimentos. "Nosotros le sumamos al precio el coste de manipulación, envase y transporte", explica el responsable, aunque luego matiza que "el aumento no repertucute en el producto, lo asume el agricultor".
Por último, acompañamos a un transportista durante el movimiento de los productos de un almacén a un distribuidor. El conductor está echando más horas que nunca, no puede parar en ningún lado a descansar y tampoco refrescarse o alimentarse durante el trayecto. Sin embargo, todo este esfuerzo queda en nada porque tampoco ha aumentado su sueldo, de hecho ha disminuido.